¿Agua? ¿Eso se come? Parece que esa es la filosofía de quienes, desde hace más de tres años, han ignorado olímpicamente a los habitantes de Los Venados, corregimiento del Cesar, que hoy decidió decir: “¡Hasta aquí!”… o mejor dicho: “¡Hasta aquí no pasa nadie!”
Desde la madrugada de este martes, la comunidad bloqueó con toda la dignidad que da el sediento, la vía Bosconia–Valledupar, cansados de esperar el regreso de un servicio tan básico como el agua potable. ¿La razón del corte? Un tubo roto durante la construcción de la doble calzada. Sí, el progreso pasó… y les partió el tubo.
Desde entonces, los venadeños (sí, así se les dice) beben agua de pozo, no porque sea parte de alguna tendencia “eco” o “natural”, sino porque no les dejaron opción. Y aunque sus organismos ya se acostumbraron a los minerales misteriosos que trae esa agua, sus derechos constitucionales no.
“Ni el Estado, ni el contratista, ni el alcalde han hecho nada. Pero eso sí, cuando necesitan votos, hasta ofrecen jacuzzi”, dijo un habitante que cargaba una pancarta que decía: ‘La sed también mata’.
Mientras tanto, los carros que venían de Valledupar se toparon con una escena poco común: un pueblo entero bloqueando la vía con ollas vacías, bidones y un mensaje claro: “El agua no se mendiga, se garantiza”.
El llamado es al Gobierno nacional y a las autoridades locales: menos discursos sobre inversión social y más acción con la llave, porque Los Venados no quieren seguir en modo “desierto” y mucho menos que los sigan viendo como una nota de relleno en época electoral.
