El abogado del poder y del narco: Celso Gamboa, el costarricense que conecta a Maduro con el tráfico internacional de drogas

Lo que parecía una carrera brillante en la administración pública de Costa Rica terminó siendo el rostro más inesperado de una investigación internacional por narcotráfico. Celso Manuel Gamboa Sánchez, exmagistrado, exviceministro y exfiscal adjunto, es ahora el hombre clave en una red que conecta al régimen de Nicolás Maduro con rutas de cocaína hacia Estados Unidos, vía Honduras.

Su captura en junio de 2025 y la solicitud de extradición por parte del gobierno de EE. UU. revelan una trama de corrupción, tráfico de influencias y vínculos con el crimen transnacional, con ramificaciones que cruzan al menos seis países latinoamericanos. ¿Cómo llegó un alto funcionario judicial a convertirse en uno de los extraditables más señalados por la DEA?

De fiscal anticorrupción a ficha del narco

Celso Gamboa tuvo todo para ser una figura intachable: cargos importantes, visibilidad mediática y poder. Pero también tuvo acceso, relaciones y ambición. Su nombre apareció salpicado en casos como el “Cementazo” —uno de los mayores escándalos de corrupción en Costa Rica—, y aunque siempre negó irregularidades, las investigaciones nunca lo soltaron del todo.

En 2019, reapareció en los registros oficiales como representante legal del régimen de Nicolás Maduro en Costa Rica, un rol que hoy se interpreta como parte del andamiaje legal e institucional que facilitaba los movimientos de la red.

La acusación de EE. UU.: puente aéreo del narco, con Maduro en la cúspide

La Corte del Distrito Este de Texas sostiene que Gamboa lideraba una organización de tráfico de drogas (DTO) que operaba desde Colombia hasta EE. UU., pasando por Costa Rica, Panamá, Guatemala, Honduras y México. La DEA lo vincula con cárteles como el Clan del Golfo y el de Sinaloa, pero lo más delicado: también con el Cartel de los Soles, al que las agencias estadounidenses atribuyen ser dirigido por el propio Nicolás Maduro.

El mecanismo era simple y efectivo: usar el espacio aéreo hondureño, escasamente vigilado, como ruta para avionetas cargadas de cocaína que salían de laboratorios colombianos. Desde allí, cruzaban hacia México y luego a EE. UU., mientras el dinero regresaba por las mismas rutas.

Una confesión que prende alarmas

En una entrevista que ahora es usada como prueba en su contra, Gamboa declaró sin rodeos:

“Meter droga a Costa Rica es facilísimo. Los guardacostas están comprados por el narco”.

Y añadió que, gracias a su pasado como alto funcionario judicial, «tenía las conexiones necesarias» para mover cargamentos con impunidad. Según medios costarricenses, ese acceso le permitía tanto encubrir operaciones como manipular investigaciones internas.

¿Maduro en la mira directa?

Si bien Maduro ha sido señalado por EE. UU. desde hace años como líder del Cartel de los Soles, esta vez hay algo distinto: un engranaje judicial documentado, un operador con trayectoria institucional que podría aportar pruebas directas sobre cómo el régimen chavista habría facilitado o dirigido el narcotráfico regional.

La reacción de Caracas ha sido el silencio. No ha habido comunicados ni pronunciamientos oficiales sobre Gamboa, ni desmentidos sobre su rol como representante legal del régimen.

Una red bajo presión internacional

Mientras Estados Unidos avanza en su despliegue militar en el Caribe con el objetivo de desarticular redes narco ligadas a Venezuela, este caso se convierte en pieza clave para probar cómo se articulan el poder político, las rutas clandestinas y las estructuras criminales.

Gamboa podría terminar no solo como un extraditado más, sino como el eslabón que finalmente pruebe lo que durante años ha sido una acusación sin sentencia: que el poder en Venezuela y el narcotráfico no solo se rozan, sino que se abrazan.