Con un balance positivo, culminó este domingo la edición 2025 de Sabor Barranquilla, que durante cuatro días convirtió a la ciudad en el punto de encuentro más importante de la gastronomía del Caribe. Bajo el lema ‘La cocina es Vida’, la feria reunió a 165 expositores entre cocineros tradicionales, restaurantes, emprendimientos y chefs internacionales.
Esté año las ventas alcanzaron los $2.400 millones, un 47,45% más que en 2024, según cifras de Fenalco. A esto se suma la asistencia de más de 22 mil visitantes, lo que confirma a Sabor Barranquilla como un escenario clave para dinamizar el sector gastronómico y fortalecer la economía local.
“Fueron cuatro días de confianza en el sector como dinamizador de la economía de las ciudades y las comunidades”, destacó Patricia Maestre de Celia, directora del evento.
La feria no solo ofreció platos y productos. También fue un viaje cultural por la diversidad de sabores que llegaron desde departamentos como Cesar, Sucre, La Guajira, Nariño y el archipiélago de San Andrés y Providencia.
La experiencia se enriqueció con la participación de chefs invitados de Argentina, Ecuador, Chile, Perú y Reino Unido, quienes compartieron sus técnicas y perspectivas culinarias.
El componente académico tuvo un lugar central, pues a través de charlas y foros se exploró la relación entre gastronomía y naturaleza, resaltando cómo la cocina puede ser un eje para la sostenibilidad ambiental. Además, el público pudo disfrutar de una variada oferta gastronómica con 96 opciones de restaurantes del Caribe, que garantizaron calidad y sabor en cada plato.
El cierre estuvo a la altura de la celebración. En la Tarima Central, la cocinera tradicional Rosita Bertel, de los Montes de María, cautivó con su sazón campesino, mientras el chef John Herrera reinterpretó recetas del sur del país.
En la Tarima de la Alegría, el Carnaval de Barranquilla se hizo sentir con ‘Cocinando la Alegría a 4 manos’, un espectáculo que unió cocina y fiesta. La jornada continuó con la propuesta creativa del chef Franco Donado y la bartender Titi Carranza, que fusionaron cocina y mixología, y cerró con un homenaje a la cocina raizal a cargo de Francisco Escalón Forth y Jericca Downs Manuel, quienes exaltaron los sabores de San Andrés.
Más allá de los números, esta edición fue una plataforma para los pequeños emprendedores; más del 30% de los participantes fueron microempresarios, quienes encontraron en Sabor Barranquilla la vitrina ideal para crecer y llegar a nuevos mercados.
Con este éxito, la feria celebró su ‘mayoría de edad’ consolidándose como un evento sólido, profesional y con voz propia en la defensa de la cultura caribeña.