Semana de la Primera Infancia El movimiento en la niñez, la clave para un desarrollo sano y feliz

Más allá de la diversión, la actividad física es una estrategia eficaz para prevenir enfermedades que hoy preocupan a la salud pública.

Redacción Sociales
LA LIBERTAD

Hasta el sábado 30 de agosto, Barranquilla vivirá la Semana de la Primera infancia, un espacio que no solo resalta el valor de proteger el bienestar integral de los más pequeños de casa, sino que también abre la oportunidad de reconocer aquellos factores que marcan la diferencia en su desarrollo.
En ese sentido, el movimiento y la actividad física diaria se convierten en protagonistas, ya que representan una herramienta esencial para fortalecer el crecimiento motor, prevenir enfermedades y favorecer la regulación de la energía, aspectos determinantes en la formación de hábitos saludables desde los primeros años de vida.

El lenguaje de la niñez
Durante los primeros años, el cuerpo es la principal vía con la que los niños exploran el mundo. Gatear, correr, saltar, bailar o trepar no son simples juegos, son aprendizajes que les permiten fortalecer huesos y músculos, mejorar la coordinación, estimular la concentración y ganar autonomía.
Especialistas coinciden en que el movimiento temprano es decisivo. Desde aprender a caminar hasta montar bicicleta o saltar la cuerda, cada hito motor fortalece la autoestima y prepara al niño para asumir nuevos retos; y el cuerpo, en este sentido, se convierte en un aliado del crecimiento integral.

La actividad física también es prevención
Más allá de la diversión, la actividad física es una estrategia eficaz para prevenir enfermedades que hoy preocupan a la salud pública. El sedentarismo infantil está vinculado con la obesidad, la hipertensión y la diabetes tipo 2, males que cada vez aparecen con mayor frecuencia en la niñez.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños entre 3 y 5 años tengan al menos tres horas diarias de movimiento moderado, distribuidas a lo largo del día, mientras que los mayores de 6 años realicen al menos 60 minutos diarios de actividad intensa.
Estas rutinas no solo ayudan a mantener un peso saludable, sino que también fortalecen el corazón, los pulmones y el sistema inmunológico.
Es importante tener en cuenta que el movimiento no solo impacta el cuerpo, también regula las emociones. Correr, bailar o jugar al aire libre permite a los niños liberar tensiones y canalizar la energía de manera positiva. Cuando existe actividad física suficiente, los pequeños logran dormir mejor, se concentran más en la escuela y mantienen un estado de ánimo más estable.
En contraste, la falta de movimiento suele traducirse en irritabilidad, problemas de atención y dificultades para conciliar el sueño.
Además, el juego activo favorece la creatividad y la resolución de problemas. Juegos tradicionales como la lleva, el escondido o las rondas infantiles estimulan la imaginación mientras fortalecen la interacción social.
Del mismo modo, deportes y actividades guiadas permiten que los niños aprendan a trabajar en equipo, respetar reglas y desarrollar habilidades de liderazgo.

Las pantallas: gran enemigo del movimiento
Expertos insisten en que no se necesitan grandes recursos para fomentar el movimiento; caminar en familia, bailar en casa, saltar lazo, lanzar pelotas o subir escaleras son actividades simples que contribuyen al desarrollo motor. Lo importante es la constancia y la disposición de los adultos para acompañar a los niños en esos momentos.
El exceso de tiempo frente a pantallas es uno de los principales enemigos del movimiento, por ello, pediatras recomiendan establecer horarios que incluyan espacios diarios de juego activo, preferiblemente al aire libre. Igualmente, es clave acompañar estas rutinas con hábitos saludables de alimentación e hidratación, que potencien el efecto positivo de la actividad física.
En el marco de la Semana de la Primera Infancia en Barranquilla se hace un llamado directo a los padres y cuidadores, a comprender que dedicar tiempo al movimiento de los niños es invertir en su salud y en su felicidad.
No se trata solo de vigilar que jueguen, sino de participar con ellos y de convertir la actividad física en un espacio de vínculo y afecto, al mismo tiempo que se transmiten valores como la disciplina, la cooperación y la confianza.

Barranquilla celebra a sus niños
Con el lema ‘Veo Veo: la ciudad como ellos la ven’, el Distrito abrió oficialmente la Semana de la Primera Infancia 2025, un espacio que invita a mirar, sentir y construir ciudad desde la imaginación y la ternura de los niños y las niñas.
El arranque de esta programación se vivió ayer domingo 24 de agosto en el Gran Malecón, donde el Pabellón de Cristal se iluminó con los colores de la niñez.
La semana se desplegará en más de veinte escenarios urbanos, que se transformarán en puntos de exploración para los pequeños y sus familias. Habrá actividades de literatura, salud mental, nutrición, expresión emocional y cuidado ambiental, todas pensadas para descubrir cómo los niños entienden y sienten la ciudad que habitan.
Este año, la celebración llegará incluso a las mesas comunitarias. Los restaurantes aliados al Plan Alcalde Comedores Comunitarios ofrecerán espacios de juego y alimentación nutritiva en distintos barrios, llevando la fiesta a miles de hogares y reafirmando que ningún niño quedará por fuera.
Para Katia Nule, primera dama y gestora social del Distrito, la invitación es clara. “La infancia tiene una forma única de mirar el mundo. Esta semana queremos que todos se pongan en los zapatos de un niño y construyamos una ciudad más sensible y humana”.
La Semana de la Primera Infancia 2025 le recuerda a la comunidad que Barranquilla se construye desde la ternura y de que la niñez, más que una prioridad, es inspiración para toda la ciudad.