La creciente ola de violencia que afecta a varias regiones del país llevó al presidente Gustavo Petro a considerar la activación de un estado de conmoción interior. La medida surge tras la explosión registrada en Cali y el hostigamiento contra un helicóptero de la Policía en Amalfi, Antioquia.
De acuerdo con información conocida, la propuesta tendría vigencia de tres meses y abarcaría al Valle del Cauca, con el propósito de reforzar la seguridad y brindar mayores facultades a la Fuerza Pública. Este tema está siendo discutido en un consejo extraordinario de seguridad convocado en Cali con presencia del Gobierno Nacional, altos mandos militares y autoridades locales.
Sin embargo, la posible declaratoria no cuenta con consenso total. El alcalde de Cali, Alejandro Eder, se ha mostrado crítico frente a la iniciativa, argumentando que podría distraer los esfuerzos en lugar de atender de manera directa la crisis que vive la ciudad.
La decisión final quedará en manos del jefe de Estado, quien deberá evaluar los alcances de esta herramienta excepcional frente a la actual coyuntura de orden público.
