José Obdulio Gaviria y su tendencia a la cultura machista: ¿En el Centro Democrático entraría un quinto elemento?

Para nadie es un secreto que, en la actualidad, la presencia femenina en los partidos políticos se ha convertido en una de las fuerzas más notorias de la vida democrática en Colombia. Con liderazgo, carácter y propuestas sólidas, cada vez más mujeres rompen barreras y se consolidan como protagonistas en los espacios de poder al contar con tres mujeres dentro de los cuatro precandidatos presidenciales del Centro Democrático.

A pesar la importancia de las mujeres en la Política del país y del acta firmada en la reunión del pasado 23 de julio en Llanogrande, el exsenador José Obdulio Gaviria enciende el debate dentro del Centro Democrático al afirmar que “sí entrará un quinto precandidato” a la consulta interna del partido, desafiando la postura de líderes como María Fernanda Cabal, quien había insistido en limitar la contienda a los cuatro aspirantes ya inscritos. Sin embargo, surgen preguntas clave:

¿Si actualmente ya hay cuatro precandidatos acordados, cuál es el afán de buscar a alguien más por fuera de la colectividad?.

Esta decisión no solo alteraría la dinámica electoral del partido, sino que también evidenciaría la influencia personal de José Obdulio Gaviria en la definición de las reglas internas, generando críticas sobre la transparencia y equidad del proceso.

¿Quién le pone “palos en la rueda” a las mujeres dentro del Centro Democrático?

En medio de la discusión sobre las precandidaturas presidenciales del Centro Democrático, surgen versiones que apuntan contra las mujeres.

No hay que pasar por alto que más allá de la cuota de género, las mujeres han demostrado ser pieza clave en la construcción de agendas sociales, económicas y ambientales, aportando una visión inclusiva y renovadora que conecta con las nuevas generaciones de votantes. Su voz se hace sentir en los debates más relevantes del país, exigiendo igualdad, justicia y oportunidades para todos.

De acuerdo con fuentes cercanas al partido, el principal detractor de las mujeres sería el exsenador José Obdulio Gaviria, quien, junto con Nubias Estela Martínez y el empresario Santiago Mejía, habría transmitido al expresidente Álvaro Uribe el mensaje de que ninguna de las precandidatas mujeres, ni siquiera Andrés Guerra, tendrían la fortaleza suficiente para la contienda electoral. La alternativa que promueve insistentemente José Obdulio no  está dentro del Centro Democrático y sería la llegada de externo como Juan Carlos Pinzón.

Un respiro del machismo: María Fernanda Cabal se convertiría en la candidata más sólida y mejor opción del Centro Democrático. Falta guiño de Uribe

Detrás de esa postura, aseguran, existirían algunas rivalidades de vieja data como cuando en el 2014 se armaba la lista cerrada del Centro Democrático al Congreso. En aquel momento, Fernando Londoño le habría manifestado a José Félix Lafaurie —esposo de María Fernanda Cabal— que la presencia de Gaviria en la lista resultaba inconveniente por sus nexos familiares con Pablo Escobar. Ese episodio marcó un quiebre que, según se comenta, derivó en la animadversión personal de Gaviria hacia Lafaurie y, por extensión, hacia Cabal.

Aunque entre ellos existe trato cordial, en el fondo pareciera que persiste la resistencia de José Obdulio no solo contra María Fernanda Cabal, sino con que una mujer asuma un liderazgo mayor dentro del partido. Este pulso interno plantea, además, una pregunta de fondo: si el uribismo ya cuenta con varios precandidatos, ¿cuál es el afán de insistir en un nombre externo como el de Pinzón y buscar imponerlo bajo las banderas del Centro Democrático?

Para muchos analistas, esta maniobra deja clara una apatía histórica hacia la participación de las mujeres en política, un rasgo que algunos asocian a la cultura machista de José Obdulio Gaviria que ha marcado su trayectoria. Mientras Cabal, una de las figuras más visibles del uribismo femenino, busca asegurar espacios equitativos de representación, la insistencia de Gaviria en abrir la puerta a un quinto elemento evidencia, según críticos, un desdén hacia la equidad de género y las reglas claras dentro del partido.

El avance femenino es innegable: congresistas, alcaldesas, gobernadoras y precandidatas presidenciales reafirman que la política colombiana ya no puede concebirse sin el liderazgo femenino. Lo que antes era visto como un desafío, hoy es una realidad imparable: las mujeres no solo participan, sino que marcan el rumbo del futuro político de Colombia.

El episodio pone sobre la mesa la persistente influencia de los antiguos líderes, capaces de alterar decisiones estratégicas para favorecer a ciertos grupos y reafirmar su poder, aun frente a voces críticas internas que reclaman participación justa y democrática.

En un momento en que la política colombiana debate sobre inclusión y representación, la figura de José Obdulio Gaviria vuelve a ser símbolo resistente a cambios, que privilegia maniobras estratégicas sobre la igualdad de género.

La insistencia e interés de José Obdulio Gaviria en imponer a Juan Carlos Pinzón, sumada a su rechazo histórico hacia la participación femenina en política, refleja un pulso en el que las mujeres parecen ser las grandes sacrificadas. Y la pregunta inevitable es: si ya hay cuatro precandidatos en la baraja, ¿cuál es el afán de abrirle la puerta a un quinto? ¿Se trata de estrategia… o de ego?

Las mujeres y su protagonismo en el país

La política colombiana vive un momento en el que la fuerza femenina se hace cada vez más visible y determinante. Un ejemplo de ello es el Centro Democrático, partido que actualmente cuenta con una mayoría de mujeres entre sus precandidatos, reflejando un cambio de paradigma dentro de sus filas.

Este protagonismo femenino no solo resalta la capacidad y liderazgo de las mujeres dentro del partido, sino que también envía un mensaje poderoso sobre la importancia de abrir espacios a una visión más inclusiva y representativa. En un país donde la participación política de la mujer ha sido históricamente limitada, el avance del Centro Democrático en este aspecto marca un precedente en la contienda electoral.

La creciente presencia femenina en la política colombiana demuestra que las mujeres no solo participan, sino que tienen la fuerza y la preparación para liderar y transformar el rumbo del país.

¿Entraría un quinto elemento?