Antioquia volvió a ser escenario de la violencia armada con el atentado ocurrido el 21 de agosto en zona rural de Amalfi, donde un helicóptero de la Policía Nacional fue derribado por integrantes del frente 36 de las disidencias de las Farc. El ataque dejó como saldo la muerte de al menos 12 uniformados y varios heridos.
La acción criminal generó conmoción en el país, no solo por la magnitud de la tragedia, sino también por la divulgación de un audio en el que los responsables celebran lo sucedido. En la grabación se escucha a los presuntos miembros del grupo armado congratularse entre sí por la caída de la aeronave, confirmando la autoría del hecho.
El presidente Gustavo Petro informó que los uniformados tenían la misión de adelantar labores de erradicación de cultivos ilícitos en la zona cuando fueron atacados. Tras la ofensiva, el Ejército Nacional desplegó unidades de artillería de la Séptima División con el propósito de ubicar y neutralizar a los responsables.
Las expresiones de burla y exaltación de los disidentes frente al crimen, registradas en la grabación, han incrementado el rechazo ciudadano y político. Diversas voces en el país han exigido al Gobierno respuestas contundentes frente al recrudecimiento de la violencia en Antioquia y otras regiones.
