A pocas horas de haber recibido la boleta de libertad provisional, el expresidente Álvaro Uribe Vélez reapareció públicamente este miércoles en Sabaneta, Antioquia, donde fue recibido por cientos de seguidores que lo vitorearon como símbolo de resistencia y liderazgo político.
El exmandatario, de 73 años, rompió el silencio tras meses de detención domiciliaria y prometió dedicar “cada minuto de su libertad” a luchar por lo que considera una causa urgente: la recuperación de la libertad, la estabilidad institucional y el orden democrático en Colombia.
“No es un tema de derecha, izquierda o centro. Se trata de volver a poner de pie a Colombia”, declaró Uribe ante una multitud ondeando banderas y coreando su nombre.
El líder del Centro Democrático también instó a sus seguidores a mantener la calma y a rechazar los ataques personales contra el presidente Gustavo Petro. “En lugar de gritar ‘fuera Petro’, griten ‘adentro democracia’”, exhortó, en un intento por marcar un tono de campaña más institucional y menos confrontativo.
Compromiso con la contienda de 2026
Uribe aseguró que su partido está preparando una propuesta “con visión de país” para las elecciones presidenciales de 2026. Aunque evitó mencionar un candidato específico, el exmandatario dejó claro que su libertad será utilizada para movilizar bases, consolidar alianzas y construir una coalición democrática capaz de “derrotar el caos y rescatar la tranquilidad nacional”.
“Colombia ha perdido su tranquilidad por la presencia dominante del narcotráfico, por el ataque al sector productivo y por el debilitamiento de la justicia”, afirmó. “Estamos aquí para revertir eso”.
Durante el acto, Uribe también anunció que este sábado realizará un homenaje en Bogotá al fallecido senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, asesinado el pasado 11 de agosto. “Fue un ejemplo de decencia y compromiso. Su legado no será olvidado”, señaló.
En libertad, pero bajo la lupa
Aunque se encuentra libre, Álvaro Uribe aún enfrenta un proceso judicial por presunto soborno y fraude procesal. La justicia revisa en segunda instancia la condena inicial que lo sentenció a 12 años de prisión domiciliaria, tras hallarlo culpable de intentar manipular testigos para desmentir sus vínculos con el paramilitarismo.
A pesar del proceso en curso, Uribe continúa liderando el uribismo y ha mantenido su influencia intacta en el escenario político. Desde su finca en Rionegro y ahora desde la plaza pública, el expresidente parece estar preparando el terreno para su partido, que aún no ha definido quién encabezará la contienda presidencial.