La entidad atraviesa una crisis financiera con deudas que superan los $147 mil millones. Freddy Socarrás fue designado como agente interventor.
La Superintendencia Nacional de Salud oficializó la toma de posesión e intervención forzosa de la ESE Universitaria del Atlántico (UNA), por un período de un año, con el propósito de asegurar la continuidad en la prestación de servicios médicos bajo condiciones de calidad, oportunidad y seguridad.
El anuncio revelado por un medio local, detalla que la medida también pretende estructurar e implementar soluciones que corrijan los problemas administrativos, financieros, jurídicos y asistenciales que han afectado de manera crítica el funcionamiento de la entidad.
Durante este plazo, la Supersalud evaluará si la ESE UNA debe ser liquidada a través del proceso de intervención forzosa o si existen condiciones para que pueda continuar desarrollando adecuadamente su objeto social. En cualquiera de los escenarios, se busca garantizar los derechos de los usuarios en el marco del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
El agente interventor designado es Freddy Socarrás, quien asumirá las riendas de la institución, en reemplazo de la gerente encargada Rosmery Wehedeking, que había llegado tras la salida de Pablo Alberto De La Cruz Gómez. Este último fue criticado por su gestión, especialmente por las protestas de los trabajadores a causa de los atrasos en los pagos y la falta de respuestas frente a la crisis.
La situación financiera es preocupante: la deuda de la ESE UNA asciende actualmente a $147 mil millones, lo que representa un incremento de $39 mil millones respecto a marzo de este año, cuando se reportaban $108.421 millones.
El déficit ha repercutido directamente en el personal médico y asistencial, con retrasos de entre cuatro y seis meses en el pago de salarios, lo que ocasionó que el Hospital Departamental de Sabanalarga entrara en paro esta misma semana.
De acuerdo con datos de la Adres, hasta el 29 de julio de 2025 la ESE UNA recibió $37.412 millones en giros, de los cuales $30.672 millones correspondieron al régimen subsidiado y $6.739 millones al contributivo. En 2024, la entidad había recibido $70.874 millones en total.
Los mayores aportes provinieron de EPS como Coosalud y Mutual SER, que superaron los $10 mil millones cada una. Sin embargo, pese a que en 2024 se reportaron ingresos por $130.384 millones, los gastos en servicios alcanzaron $125.515 millones, dejando un margen operativo de apenas $4.869 millones. Sumados los gastos administrativos y de operación, el déficit se elevó a $21.663 millones.
El propio gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, reconoció que se requiere una nueva estructura operativa para los hospitales departamentales y planteó la posibilidad de regresar al modelo en el que cada centro funcionaba como una empresa independiente.
No obstante, la Supersalud decidió ejecutar la intervención como medida urgente para intentar frenar la crisis y salvaguardar la continuidad del servicio de salud en el departamento.
Y.A.