La investigación por el asesinato del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay sigue revelando hilos ocultos. Entre los indicios que más han llamado la atención de las autoridades se encuentra un lujoso Rolex, avaluado en 56 millones de pesos, que apareció en redes sociales en manos de uno de los supuestos intermediarios del crimen.
El detalle no pasó desapercibido para los investigadores: el hombre, pocos días después del atentado, publicó una foto mostrando orgulloso el costoso reloj, lo que para la Fiscalía podría ser un mensaje desafiante o incluso una señal de que parte del pago por el asesinato ya había circulado.
Mientras tanto, seis personas ya fueron imputadas como coautoras de homicidio agravado, con posibles condenas de hasta 60 años de prisión. En contraste, el sicario menor de edad que disparó contra Uribe solo enfrentará ocho años en un centro especial para adolescentes.
Los fiscales siguen la pista de dos presuntos intermediarios que habrían servido de puente entre los autores intelectuales y los sicarios. Sobre ellos pesan seguimientos en Cali y Caquetá, regiones señaladas como estratégicas en la trama criminal.
El reloj de 56 millones podría convertirse en la pieza que termine de encajar este rompecabezas. La familia de Uribe, por su parte, insiste en que el crimen sea declarado de lesa humanidad y exige que se impute también el delito de terrorismo, con el fin de que ningún responsable quede en la sombra.
