Barranquilla volvió a abrirle las puertas a las historias con la 28ª edición del festival de narración oral El Caribe Cuenta, un encuentro que, más allá de la tradición, se reinventa cada año para recordarle al público el poder de la palabra.
En esta ocasión, el eje temático gira en torno al amor entendido como cobijo, abrazo y gesto de humanidad, inspirado en la frase del expresidente uruguayo Pepe Mujica: “¿Acaso no será siempre el amor un refugio?”.
El inicio del festival estuvo marcado por una velada de cuentos eróticos en la sala Luneta 50 y una “narratón” en la Plaza de la Aduana, espacios en los que la oralidad se encontró con la complicidad del público.
La programación se extenderá hasta el 24 de agosto en distintos escenarios de Barranquilla y en varios municipios del Atlántico, acercando a comunidades enteras a relatos que invitan a creer que narrar sigue siendo un acto de resistencia y ternura.
El arte también ha tejido su propia narración dentro del festival. La ilustración oficial, creada por el artista canario Alex Falcón, muestra a una figura serena que sostiene una caña de pescar en un mar dorado, rodeada de corazones encendidos. La obra, donada por el autor, simboliza la resiliencia y el afecto que sostienen a este evento cultural que cumple 26 años.
La nómina de narradores de este año refleja la diversidad y riqueza de voces que alimentan al festival. Figuras internacionales como Paula Carballeira y Cristina Verbena (España), Aldo Méndez (Cuba), Ernesto Rodríguez Abad (Islas Canarias), Romer Peña (Venezuela) y Rodolfo González (Costa Rica), comparten escenario con narradores colombianos como Hanna Cuenca, Liz Quiroga, Gabriela Castro, Adriana Gómez y Reynaldo Ruiz. A ellos se suman las integrantes del Club de Narradoras de Luneta 50, quienes participan en las funciones al aire libre.
Los relatos resonarán en espacios emblemáticos como la Sala Luneta 50, el auditorio La Perla, la Plaza de la Aduana, la plazoleta de la Biblioteca Meira Delmar, universidades, escuelas y jardines infantiles. En los municipios del Atlántico, la palabra llegará a salones comunales e instituciones educativas, ampliando el alcance de un festival que, desde 1998, ha hecho de la región un referente iberoamericano en el arte de contar historias.
Con la organización de la Fundación Luneta 50, El Caribe Cuenta mantiene vivo su lema
“Por un mundo menos triste, narramos…”, recordando que la oralidad es también un refugio colectivo donde caben el amor, la memoria y la esperanza.