La mentira de Pinedo: Una cancelación arbitraria disfrazada de precaución

Por Álvaro Cotes Córdoba

El alcalde de Santa Marta, Carlos Pinedo, ha intentado justificar la cancelación de la Media Maratón programada para el 17 de agosto de 2025 con un comunicado que, lejos de aclarar, busca enredar a la ciudadanía en una narrativa manipulada. Su decisión, tomada de manera apresurada y sin sustento real, no solo perjudicó a los organizadores y participantes, sino que evidencia una gestión autoritaria que recurre a excusas endebles para encubrir su arbitrariedad.

En su publicación en X, Pinedo asegura que la cancelación se debió al cumplimiento de una condición establecida: si llovía el día anterior o durante la maratón, el evento debía suspenderse para «salvaguardar la integridad de participantes y asistentes». Sin embargo, esta afirmación es un intento burdo de maquillar la realidad. La lluvia, que según el alcalde justificó su decisión, ocurrió después de las 5:00 de la tarde del 17 de agosto, cuando la maratón ya habría concluido. Es decir, Pinedo usa un hecho posterior y descontextualizado para respaldar una determinación tomada con antelación, revelando una manipulación que recuerda otros episodios de su gestión, como la polémica concesión de su credencial como alcalde.

El comunicado del alcalde enumera cinco puntos que, en lugar de esclarecer, profundizan las dudas sobre su proceder. Primero, señala que la solicitud de permiso se radicó el 9 de agosto, una semana antes del evento, y que la ruta seleccionada «se inundó un día antes». Sin embargo, no presenta evidencia concreta de que las condiciones climáticas del 16 de agosto hicieran inviable la maratón. Segundo, menciona una «calamidad pública» y una «urgencia manifiesta» por la ola invernal, pero omite que estas circunstancias no impidieron la realización de otros eventos masivos en la ciudad en fechas recientes, lo que pone en entredicho la consistencia de su criterio.

El tercer punto es donde la narrativa de Pinedo se desmorona: el supuesto «permiso condicionado» que obligaba a cancelar si llovía. Este argumento no solo carece de lógica, dado que no llovió durante el horario del evento, sino que parece diseñado para justificar una decisión tomada de antemano. La cuarta acusación, que los organizadores «ocultaron información» sobre la posible cancelación, traslada la responsabilidad a los empresarios, cuando es el deber de la Alcaldía garantizar una comunicación clara y oportuna. Finalmente, la amenaza de sanciones a los organizadores y al Club Los Trupillos por «insistir en hacer un evento sin permisos» resulta desproporcionada y parece más un intento de intimidación que una medida basada en la legalidad.

La cancelación de la Media Maratón no solo afectó a los organizadores, quienes invirtieron tiempo y recursos, sino también a los cientos de participantes que esperaban un evento que fomenta el deporte, el turismo y la economía local. La actitud de Pinedo refleja una gestión que prioriza el control y la imposición sobre el diálogo y la transparencia. En lugar de asumir su responsabilidad por una decisión arbitraria, el alcalde opta por enredar la verdad, utilizando argumentos que no resisten un análisis mínimamente riguroso.

Santa Marta merece una administración que tome decisiones fundamentadas, no gobernantes que recurran a excusas climáticas a destiempo para justificar caprichos. La ciudadanía no debe permitir que estas maniobras se normalicen. Es hora de exigir claridad, responsabilidad y respeto por los eventos que fortalecen el tejido social y económico de la ciudad. Carlos Pinedo debe rendir cuentas por esta nueva muestra de opacidad y autoritarismo.

*Nota: Este artículo se basa en el análisis del comunicado publicado por el alcalde Carlos Pinedo en X el 17 de agosto de 2025 y en la información proporcionada sobre las circunstancias de la cancelación de la Media Maratón de Santa Marta.*