Durante la misa exequial, Miguel Uribe Londoño recordó el asesinato de su esposa Diana Turbay y acusó a quienes —según él— permiten y fomentan la violencia en Colombia, asegurando que “sin seguridad no habrá paz”.
En medio de una profunda conmoción, Miguel Uribe Londoño, padre del asesinado político del Centro Democrático, pronunció un emotivo y firme discurso durante la misa exequial de su hijo, Miguel Uribe Turbay, en la Catedral Primada de Bogotá. Allí, no solo rindió homenaje a su memoria, sino que responsabilizó directamente a quienes, según él, han promovido y permitido la violencia en el país.
“Esta guerra tiene culpables y responsables, no tenemos duda de dónde viene la violencia, no tenemos duda de quién la promueve, no tenemos duda de quién la permite, tenemos que plantar cara y decir no más. No podemos quedarnos en la resignación”, expresó con determinación.
El excontralor recordó que, 34 años atrás, en el mismo lugar, cargó el ataúd de su esposa Diana Turbay, víctima de la violencia. “34 años después, esta absurda violencia me arrebata al mismo niño que cargué aquel día, que se convirtió en un hombre bueno”, lamentó.
Para Uribe Londoño, el magnicidio de su hijo no es una coincidencia, sino un hecho ligado a su lucha por la seguridad. Aseguró que este crimen “no prescribe” y que dedicará todos sus esfuerzos a que recaiga “todo el peso de la justicia sobre los verdaderos responsables”.
En su mensaje, recordó que su hijo consideraba a Álvaro Uribe Vélez como “el líder que liberó a este país en 2002” y que esa visión lo llevó a militar en el Centro Democrático, partido que, según él, ha defendido la seguridad como pilar fundamental.
“Cambiaron a Miguel, pero no podrán cambiar a millones de colombianos”, afirmó, y exhortó a los ciudadanos a frenar la violencia en las elecciones de 2026: “Tenemos una oportunidad única de frenar esta locura en 2026, no la desaprovechemos. Solo así tendrá sentido esta causa”. Concluyó advirtiendo que “sin seguridad no habrá paz”.
Previo a sus palabras, María Claudia Tarazona, esposa de Uribe Turbay, pidió a los colombianos “no perder la fe, fortalézcanla” y se comprometió a honrar su memoria cuidando de Alejandro, hijo de la pareja. “Romper una familia, quitarle un padre a su hijo, una esposa a su esposo, unos hijos a sus padres, es el acto de maldad más grande que pueda existir”, manifestó con voz quebrada.
Y.A.
