Valdría la pena realizar una encuesta entre los lectores del Diario LA LIBERTAD, para conocer su opinión acerca de si Colombia está viviendo o no la peor crisis de su historia política.
Colombia nació como República el 20 de julio de 1810, de inmediato se fraguó la guerra civil sin componente institucional; reconquistada en medio de las prisiones, los fusilamientos y la reacción nacionalista de la guerra a muerte.
Colapsó en 1830, signada por el secesionismo, la ingratitud con el Libertador Simón Bolívar, el asesinato del mariscal Sucre y el Almirante José Prudencio Padilla.
Después siguieron cincuenta años de belicismo, éxodos, destierros, dictaduras, expropiaciones y recambios legales que sólo desaparecieron al llegar la regeneración en el año 1886.
Pero en el inicio del siglo XX, sobrevino la guerra de los Mil Días, gran heredera de sus antecesoras, en 1903 se perdió a Panamá –la ruina fue monumental– después reapareció la dictadura y Colombia volvió a mostrarse como un país de conflictos internos impredecibles.
Medianamente superada la situación, entre 1910 y 1930, el ambiente se calmó, hasta reproducirse la guerra, a través de los partidos Liberal y Conservador, que indistintamente coparon el escenario durante 20 años, hasta el 9 de abril de 1948 con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, cuando resurgió el destierro, la violencia de los chulavitas y las dictaduras.
Un lustro más tarde el problema se resolvió a través de un pacto de paz, incorporado a la Constitución Nacional, es lo que se conoció como el Frente Nacional, el que se repartió el poder durante 16 años entre Liberales y Conservadores –los únicos partidos de esa época– lo que calmó los ánimos en la cúpula dirigente.
Terminada la denominada Guerra Fría en el mundo en 1990, en Colombia grupos armados de extrema izquierda y de derecha, se apropiaron del escenario, hasta llegar el día de hoy, cuando se descubre la magnitud del conflicto y se vuelve a reciclar la violencia en un eterno retorno imprescriptible.
Las naciones, cualesquiera que ellas sean, suelen tener períodos de inviabilidad, la diferencia es que tarde o temprano son superados, los conflictos irresolutos, por el contrario, suelen traer más conflictos.
Entonces, no es que estemos viviendo un período similar al del 9 de abril, o que en estos últimos 45 años puede hacerse una evaluación de si fue más grave o no la toma del Palacio de Justicia por el M-19, el asesinato de varios candidatos presidenciales, entre los cuales Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán Sarmiento, Jaime Pardo Leal – líder de la Unión Patriótica y candidato presidencial–, Carlos Pizarro León Gómez, quien fue comandante del grupo guerrillero M-19 entre 1986 y 1990.
Ante la dimensión de la crisis, resulta más que ineludible reconocer la complejidad de la actual situación y ubicarse por encima de las reyertas, concitar a la unidad, producir la mayor cantidad de posibilidades de estabilidad, en un escenario que, desde todo punto de vista, se presenta dificultoso.
Luego de producirse el execrable crimen del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, se engrosa la lista de líderes políticos que han sido asesinados en su carrera por la Presidencia de la República de Colombia.