Ni la solemnidad de unas honras fúnebres en el Capitolio logró frenar la vieja rivalidad entre los expresidentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez.
La noche del lunes, Santos asistió a despedir al senador y precandidato Miguel Uribe Turbay. Desde la distancia, Uribe lo vio en televisión y no tardó en pronunciarse en X, acusándolo de “hipocresía” y de haber “devuelto el poder a los criminales”.
Horas después, Santos replicó con un llamado a la reconciliación: “Invito a dejar atrás el odio. Hoy más que nunca el país necesita grandeza y ejemplo de ambos”.
Pero la tregua duró lo que un suspiro. Uribe respondió de inmediato, insistiendo en que Santos es “hipócrita” y responsabilizándolo en parte de la muerte de Miguel Uribe. Además, volvió a acusarlo de haberse hecho elegir con “mentira, trampa y el dinero corrupto de Odebrecht” para “entregar el país al narcoterrorismo”.
El cruce de declaraciones reabrió viejas heridas políticas y dejó claro que, en Colombia, incluso en medio del dolor, la confrontación política no da respiro.