A propósito de la transición energética / “No hay que colocar todos los huevos en una canasta”

Por Norman Alarcón Rodas

Esta famosa frase nació como un consejo de nuestros abuelos, para evitar que se quiebren todos los huevos si algo pasa. Es innegable que, frente al fenómeno del cambio climático como consecuencia de los Gases de Efecto Invernadero, GEI, que aumenta la temperatura global, hay una especie de consenso en la necesidad de impulsar una transición energética que aminore el suceso. Ahora bien, hay múltiples interpretaciones y propuestas de cómo abordar el proceso. Una es extrema, como la que plantea el presidente Gustavo Petro, en el sentido de prescindir por completo de las energías provenientes del extractivismo, prohibiendo de entrada toda búsqueda y explotación de hidrocarburos, como petróleo y gas, además del carbón y otros metales. Y dedicarse a las energías alternativas no convencionales, como la eólica, la solar, la geotermia, entre otras.

Otros análisis más juiciosos indican la necesidad de tener en cuenta que la transición energética es un proceso complejo, costoso, que debe ser gradual, a largo plazo, sin improvisaciones. Algunos piensan que, en vez de transición, la idea debe ser la de agregar nuevas fuentes de energía para ir completando una matriz lo más amplia posible, teniendo en cuenta, además, que las principales fuentes de energía no convencionales, como la solar y eólica, por su intermitencia, no permiten obtener una Oferta de Energía en Firme (OEF) adecuada. El profesor universitario Amat Zuluaga, director del Observatorio de Transición Energética del Caribe (OTEC) de la Universidad del Área Andina de Valledupar, indica que sin carbón no se construyen paneles solares porque de él se obtiene la sílice, un elemento básico para fabricar las celdas solares.

El periodista Ricardo Ávila, del periódico El Tiempo, informa de una cumbre sobre energías del mundo que se llevó a cabo hace pocos meses en Houston, Texas, y que tuvo en cuenta que por crecimiento poblacional mundial y el creciente uso de la Inteligencia Artificial, se requiere un aumento exponencial en la generación de energía utilizando los distintos tipos de combustibles, además de las que provienen de las fuentes no convencionales (solar, eólica, etc.), y asimismo, de las fuentes extractivas (petróleo, gas, carbón, etc.). También hay que tener en cuenta que las alertas por los apagones que han ocurrido en varias partes del mundo. Particularmente el apagón que hubo en España a fines de abril pasado, sobre el cual hace un análisis el experto y presidente de la Asociación Nacional de Generadores de Energía, Alejandro Castañeda, quien afirma: “Investigaciones iniciales indican que la interrupción en España, Portugal y Francia la habría ocasionado una fuerte oscilación del flujo de potencia y una pérdida de generación muy importante. Esta oscilación la habría ocasionado la salida inesperada de un par de plantas de generación, lo cual terminó causando un efecto dominó. En el momento del apagón, el 78% de la electricidad se estaba generando con plantas de energía renovables no convencionales, que son muy variables debido a intermitencia del viento y del sol”.

Por lo tanto, me parece apropiado tener en cuenta la perspicaz idea de que “no hay que colocar todos los huevos en una canasta” en el caso de la transición energética, en el sentido de que se pueden utilizar todas las fuentes de energía, poniendo énfasis en las alternativas no convencionales (solar, eólica, etc.), pero utilizando también las fuentes tradicionales extractivas (petróleo, gas, diésel, carbón). Como se prevé, en el año 2050 todavía se estarán utilizando estas últimas, aunque en menor escala. En el mismo sentido, también es innegable que debemos defender la seguridad y soberanía energética para no continuar como importadores de hidrocarburos (40% de gasolina y 17% de gas hoy día), por lo que es necesario volver a la búsqueda y producción de dichos combustibles.