La violencia en Barranquilla y su área metropolitana sigue rompiendo récords preocupantes.
En tan solo 11 días del mes de agosto, se han registrado 20 muertes violentas, una cifra que enciende las alarmas y refleja una grave crisis de seguridad que golpea de manera directa a la ciudadanía.
Según reportes preliminares de la Policía Metropolitana y Medicina Legal, los hechos se distribuyen entre homicidios por sicariato, riñas y enfrentamientos armados. La mayoría de los crímenes han ocurrido en zonas con alta presencia de extorsiones y disputas por control territorial entre bandas dedicadas al microtráfico.
Según el especialista en seguridad, Arturo Medrano, se registraron 3 bajas policiales. En total de registran en el departamentos del Atlántico 33 casos de los cuales 31 son casos que corresponden al Área Metropolitana de Barranquilla..
Las autoridades aseguran que gran parte de estos crímenes tendrían relación con cobros extorsivos, modalidad que en los últimos meses se ha intensificado y ha afectado a comerciantes, transportadores y pequeños negocios.
Un mes que apenas comienza
Agosto parece encaminarse a convertirse en uno de los meses más violentos del año en el Atlántico si la tendencia no se frena. En promedio, cada 15 horas ocurre un homicidio en el Distrito y sus municipios vecinos.
El coronel Jorge Urquijo, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, indicó que se están ejecutando operativos focalizados y patrullajes mixtos con el Ejército en las zonas más críticas.
La percepción de inseguridad entre la población crece a la par de los índices de criminalidad. Líderes comunitarios y comerciantes denuncian que, mientras las autoridades anuncian planes y refuerzos, en las calles la extorsión y el sicariato avanzan sin freno.
Familiares de varias de las víctimas han pedido al Gobierno nacional intervenir de manera directa, advirtiendo que la situación ya superó la capacidad de reacción local y que Barranquilla y su área metropolitana enfrentan una crisis de seguridad de gran escala.
Si esta tendencia continúa, agosto podría cerrar con un balance trágico que supere ampliamente las cifras de los últimos meses, dejando en evidencia que la violencia en la región ha escalado a otro nivel.