El guardaespaldas que rompió el pacto de silencio con Fidel Castro

Durante 17 años, Juan Reinaldo Sánchez fue la sombra de Fidel Castro. Lo escoltó, lo cuidó y custodió cada uno de sus secretos. Vivió cerca de su puerta, comió después que él y lo protegió incluso poniendo en riesgo su propia vida.

Pero detrás del discurso de igualdad, Sánchez vio otra realidad: mansiones, yates, playas privadas, una marina personal, una finca con ganado importado, un cine privado y hasta una isla exclusiva para el líder cubano. Todo mientras el pueblo hacía largas filas para conseguir pan, arroz o leche.

fidel con jefe de la escolta

La lealtad de Sánchez se quebró cuando el régimen lo acusó de traidor, lo encarceló y lo torturó por “saber demasiado”. Entonces decidió contar lo que había visto, aun sabiendo que su vida estaría en peligro.

Veía lo que nadie más veía.
Los yates. Las mansiones. Las playas privadas.
Tenía 20 casas.
Una marina personal.
Una finca con ganado importado.
Y hasta un cine privado para ver películas de Hollywood.
Mientras tanto, el pueblo… sobrevivía con lo justo.
Haciendo filas para conseguir pan, arroz o leche.
Fidel tenía hasta una isla solo para él.
Decía odiar el capitalismo,
pero vivía como los millonarios que criticaba.
Juan le cuidaba la espalda.
Comía después que él. Dormía cerca de él.
Y callaba. Siempre callaba.
Porque creía en la causa.
Porque lo consideraba un líder justo.
Pero un día, le dieron la espalda.
Sin explicaciones. Sin defensa.
Lo llamaron traidor. Lo encerraron. Lo torturaron.
Fue encarcelado por “saber demasiado”.
Y marcado como enemigo por el mismo régimen que juró proteger.
Y entonces, el silencio se convirtió en rabia.
Y la lealtad… en desilusión.
Decidió contar todo.
Para que el mundo supiera lo que él vio.
Aunque sabía que su vida corría peligro.
Fue fiel hasta el final.
No a un hombre. No a un régimen.
Sino a su conciencia.
Juan perdió su país, su lugar, su paz.
Pero no perdió su fe…
la fe de que algún día, la justicia vendría.
Haz que esta historia le llegue a quien hoy duda en hablar,
a quien teme levantar la voz,
a quien cree que está solo en su lucha…
porque Dios nunca abandona al que defiende la verdad.

Su historia, documentada por medios como El País, BBC Mundo y France 24, es un testimonio sobre el costo de la lealtad y el precio de decir la verdad.