Con una estructura de cuatro pilares, la propuesta del Gobierno busca beneficiar a más de dos millones de adultos mayores en situación de pobreza y avanzar hacia un modelo sostenible y solidario.
A tres años de su mandato, uno de los principales logros del presidente Gustavo Petro es la reforma pensional, un proyecto que actualmente está bajo revisión de la Corte Constitucional y que promete transformar de manera estructural el sistema pensional colombiano.
La propuesta tiene como eje central un modelo de cuatro pilares, diseñado para brindar protección social integral en casos de vejez, invalidez y muerte, especialmente para quienes han estado excluidos del sistema tradicional.
El primer componente es el Pilar Solidario, orientado a personas en condición de vulnerabilidad, mayores de 65 años en el caso de los hombres, 60 años para las mujeres, o personas con discapacidad. Este segmento recibiría una renta básica mensual de aproximadamente 223.800 pesos, equivalente al umbral de pobreza extrema proyectado para 2024.
El segundo es el Pilar Semicontributivo, que cubrirá a quienes no lograron completar las semanas mínimas requeridas para acceder a una pensión contributiva, pero sí cotizaron al menos 300 semanas. A estas personas se les otorgará una renta vitalicia complementaria.
El tercer componente es el Pilar Contributivo Público, que incluirá a todos los trabajadores que coticen en Colpensiones hasta un tope de 2,3 salarios mínimos mensuales, es decir, cerca de 2.990.000 pesos en 2024. Los excedentes a este monto serán gestionados por los fondos privados de pensiones.
Finalmente, el cuarto pilar corresponde al Ahorro Voluntario Complementario, destinado a quienes deseen ahorrar de forma adicional para mejorar su pensión futura.
Desde el Gobierno se destaca que esta reforma no solo busca ampliar la cobertura pensional a más de dos millones de adultos mayores en situación de pobreza extrema o moderada, sino también equilibrar el sistema entre Colpensiones y los fondos privados, y garantizar sostenibilidad financiera a largo plazo.
Este ambicioso cambio estructural se presenta como una apuesta por un país con mayor equidad social en la vejez y una seguridad social incluyente, que corrija los vacíos históricos del sistema actual.
Y.A.