¿Inglés? ¡No, gracias! Petro quiere diplomáticos sin “Hello” ni “Goodbye”
Parece que en Colombia ya no será necesario decir “Good morning” para representar al país en Londres, ni entender qué significa “UN General Assembly” para sentarse en Nueva York. El presidente Gustavo Petro ha desatado una nueva tormenta (de esas que le encantan), al proponer que el inglés deje de ser obligatorio en la educación y la diplomacia colombiana.
Durante una de sus ya habituales intervenciones de libre inspiración, el jefe de Estado exclamó con desdén:
“¡Por Dios! La Constitución ordena una lengua oficial, es el español.”
Y como quien no quiere la cosa, echó por tierra décadas de esfuerzos educativos y diplomáticos. ¿El inglés? Bien, gracias… pero no obligatorio.
En sintonía, la Cancillería publicó un borrador de resolución que propone eliminar el dominio de idiomas extranjeros como requisito para ser embajador extraordinario y plenipotenciario (sí, el que representa al país frente a otras naciones… en otros idiomas). Lo importante, al parecer, es la «visión estratégica», no tanto el “language skills”.
La excusa oficial: inclusión y equidad. Porque según el Gobierno, hablar inglés es una barrera injusta que margina a ciertos sectores del país. Mejor diplomáticos que hablen lenguas indígenas, afrocolombianas, o francés, alemán, mandarín… en algún universo paralelo donde esos sean los idiomas oficiales en Naciones Unidas o la Unión Europea.