Cada día se confirma que la recolección de residuos es todo, menos un servicio digno para los samarios.
Una mala gestión del operador, que como si se tratara de un negocio familiar pasaron de Interaseo a Atesa heredándose la inoperancia, ante los ojos permisivos e indolentes del Essmar intervenida, que dejó a la deriva su vigilancia, y una Alcaldía, que se sustrae de sus competencias.
¿Cómo no se van a obstruir las rejillas y desagües del alcantarillado, si las basuras están tiradas en las vías a la merced de las escorrentías de agua lluvia? ¿Para cuándo las sanciones?
«Luego salen a la prensa nacional a culpar a los samarios por las falencias en su sistema de recolección», expresó el gobernador del Magdalena
¡La ciudad no puede vivir del maquillaje! Se sabía que el plan era para tomarse el poder y favorecer a los que se llevan el recurso públicos pero dejan pésimas gestiones.