Desarrollado en Italia, el crimen que involucra a la colombiana Marylin Castro Monsalvo y a su suegra Lorena Venier estremece a Europa. Ambas son señaladas por el homicidio y descuartizamiento de Alessandro Venier, y una llamada al 112 reveló detalles cruciales del caso.
En una escena que parece salida de un thriller psicológico, Marylin Castro Monsalvo, una colombiana de 30 años, llamó entre gritos y desesperación al número de emergencias en Italia, confesando un crimen que ahora sacude la opinión pública internacional: el asesinato y descuartizamiento de su pareja sentimental, Alessandro Venier, padre de su hija de seis meses.
“Mi suegra mató a su hijo”, dijo Marylin en la llamada al 112, revelada por el medio italiano Today. El estremecedor registro no solo capturó su voz, sino también gritos de fondo que confirmaban una escena caótica: “No, Lorena, no” y “socorro, vengan”, fueron las palabras que los operadores escucharon mientras intentaban entender lo que ocurría. Todo apunta a que Lorena Venier, madre de Alessandro, trató de evitar que la joven colombiana alertara a las autoridades.
Según los investigadores italianos, el crimen ocurrió el 25 de julio en la vivienda familiar de Gemona del Friuli. El cuerpo de Alessandro fue desmembrado y ocultado en un contenedor, una acción que la Fiscalía calificó como planificada, agravada y cometida en presencia de un menor, la bebé de la pareja.
Lorena Venier confesó los hechos. En su declaración, aseguró que tanto ella como Marylin eran víctimas de violencia intrafamiliar por parte de Alessandro y que actuaron por temor: “La vida de Marylin corría peligro: o actuábamos de inmediato, o acabaría en el extranjero, sin mí”, afirmó. Sus palabras, recogidas por la agencia Ansa, muestran una visión donde la desesperación habría impulsado el crimen.
Sin embargo, el caso ha dado un giro con la revelación de la llamada de Marylin. Su crisis emocional la llevó a romper con el supuesto “plan” de desaparecer los restos y encubrir el crimen. De acuerdo con su abogada, Federica Tosel, Marylin presentaba rasguños en los brazos, supuestamente causados por su suegra cuando intentó impedir que denunciara lo ocurrido.
La Fiscalía de Udine formalizó cargos contra ambas mujeres por homicidio agravado, premeditación, ocultamiento de cadáver y comisión del crimen frente a un menor. Mientras se adelantan las audiencias, el juez ordenó que ambas permanezcan detenidas, aunque Marylin fue enviada a un centro de atención especial dada su condición de madre lactante, mientras Lorena fue trasladada a prisión.
El abogado de Lorena, Giovanni De Nardo, indicó que su clienta está “consciente del acto antinatural y monstruoso” que cometió, y que ha brindado una confesión detallada, negando la participación de terceros.
Este caso ha abierto nuevamente el debate sobre los límites entre la defensa ante la violencia doméstica y la comisión de crímenes atroces. Si bien hay indicios de que Marylin y Lorena se sentían amenazadas, los métodos empleados, el encubrimiento y la presencia de una menor en el lugar del crimen revelan un escenario complejo y profundamente perturbador.
Lo que comenzó como una supuesta defensa ante un entorno violento terminó en un hecho escalofriante. Pero fue esa llamada desesperada, esa palabra: “socorro”, la que rompió el silencio y encendió las alarmas de una tragedia que aún busca justicia.
Y.A.
