Santa Marta vivió recientemente una emergencia climática que no solo dejó decenas de damnificados y daños materiales, sino que también se convirtió en el centro de una historia que ha conmovido y sorprendido a miles en redes sociales.
Todo comenzó con un video publicado en las cuentas de Taller Caribe, del antropólogo samario Iván Arrieta, quien trabaja estrechamente con los cuatro pueblos ancestrales de la Sierra Nevada.
En las imágenes, grabadas en el emblemático Morro de Santa Marta, considerado un sitio sagrado para estas comunidades indígenas, se observa un ritual tradicional en el que los sabios le piden agua a sus antepasados.
“Ese arbolito es para que llueva ya”, se escucha decir, como parte de una práctica espiritual que, según sus creencias, puede invocar la lluvia cuando se realiza en conexión con la naturaleza y sus fuerzas.
Lo curioso y, para muchos, místico, es que pocas horas después de ese encuentro, un torrencial aguacero cayó sobre la capital del Magdalena, generando emergencias en diferentes sectores de la ciudad.
La coincidencia hizo que muchos usuarios en redes sociales asociaran el fenómeno natural con el conocimiento ancestral de estos pueblos, saberes que en 2022 fueron reconocidos por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En realidad, la visita de Iván Arrieta junto a miembros de estas comunidades indígenas al Morro tenía como propósito inicial conocer su opinión sobre la propuesta del presidente Gustavo Petro de construir en ese lugar una especie de “Estatua de la Libertad”. Sin embargo, los líderes ancestrales rechazaron la idea con firmeza. “A un sitio sagrado no le podemos poner una oreja, un sombrero. No, esto como está”, respondieron al referirse al respeto que merece ese territorio.
El video no tardó en viralizarse, no solo por lo impactante de la coincidencia con la tormenta, sino también por el llamado a respetar la espiritualidad, los conocimientos tradicionales y la conexión con la naturaleza de los pueblos originarios de la Sierra Nevada.
Mientras tanto, cientos de familias damnificadas esperan ayuda urgente. Las autoridades locales han habilitado centros de acopio para recibir alimentos no perecederos, ropa y artículos de aseo, al tiempo que maquinaria amarilla trabaja en las zonas más afectadas.
Aunque muchos se siguen preguntando si se trató de una simple coincidencia o de la manifestación del poder ancestral, lo cierto es que este hecho ha reabierto el debate sobre la relación entre el ser humano, la naturaleza y los saberes indígenas.