El comportamiento desafiante de la Alcaldía deja ver que su verdadero interés no es la preocupación de la comunidad ni las indicaciones de los entes de control.
Hace dos meses en mesa de trabajo se acordaron unas acciones para mitigar el impacto de la operación del Ferry en una zona declarada como erosionable.
Burlando las advertencias y los llamados de atención de las instituciones del Estado, pone en funcionamiento dos ferrys.
Así no lo quiera aceptar Edwin Pabón y sus acólitos, el riesgo que corre Salamina es grande, Instituto Nacional de Vías – Invías lo notificó hace un año.
¿Será que tendríamos que esperar una calamidad para que reaccione?
Señores de la Procuraduría General de la Nación, en el alcalde no hay garantías para la salvaguarda de la vida de los salamineros.
