Un aguacero de casi cuatro horas, registrado el pasado domingo 3 de agosto, dejó a Santa Marta en emergencia tras provocar severas inundaciones, colapsos estructurales, interrupciones eléctricas y bloqueos viales en al menos 35 barrios de la ciudad.
La Oficina para la Gestión del Riesgo y el Cambio Climático (Ogricc) reportó que más de 2.000 viviendas sufrieron afectaciones de distinta gravedad, mientras que cuatro personas resultaron lesionadas por derrumbes en zonas de ladera, entre ellas dos menores de edad.
Las zonas más golpeadas por el fenómeno climático se ubican en el nororiente y el centro de la ciudad. Entre los barrios con mayores daños se encuentran: Ondas del Caribe, Luis R. Calvo, Chimila, Bastidas, María Cristina, Santa Mónica, Alfonso López, San Fernández, Nacho Vives, Ensenada Juan XXIII, San Martín, Divino Niño, Pescaito, Olaya Herrera, Las Malvinas, Boulevard de las Rosas, Ciudadela 29 de Julio, Tayrona y Villa del Carmen.
Los desbordamientos de la quebrada Tamacá y el arroyo Gaira provocaron inundaciones en puntos clave como el Centro Histórico, la avenida del Ferrocarril y las inmediaciones de centros comerciales como Buenavista y Ocean Mall.
Durante la jornada, al menos 10 viviendas colapsaron parcialmente en barrios de ladera. Las personas heridas fueron trasladadas a la Clínica Marcaribe, donde se les brindó atención médica. Además, sectores como Santa Ana y Santa Cruz del Sur quedaron sin servicio eléctrico durante varias horas debido a daños en redes de distribución.
La movilidad se vio gravemente afectada por el colapso del sistema de drenaje en arterias viales como la avenida Libertador, Santa Rita y el corredor de Gaira. Varias calles permanecieron completamente anegadas, y se reportaron vehículos atrapados por la escorrentía.
En respuesta, la Alcaldía de Santa Marta activó un operativo interinstitucional encabezado por la Ogricc, con apoyo de Bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja y Essmar, quienes recorren las zonas afectadas desde la mañana del lunes. Se adelantan censos para entregar ayudas humanitarias a las familias damnificadas.
La Empresa de Servicios Públicos Essmar puso en marcha un plan de contingencia para limpiar manjoles taponados y restablecer el servicio de agua potable y alcantarillado, especialmente en sectores donde la acumulación de residuos agravó las inundaciones.
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el evento climático está asociado al patrón de lluvias intensas propias de esta época del año en la región Caribe. Sin embargo, la magnitud del daño también obedece al deteriorado estado de la infraestructura pluvial y la ocupación irregular de zonas de alto riesgo.
“Este año hemos tenido récords de precipitación desde enero. El cambio climático y la falta de mantenimiento urbano se combinan con consecuencias desastrosas”, advirtió un vocero de la Ogricc.
Santa Marta enfrenta, una vez más, los efectos de una vulnerabilidad estructural acumulada. La ciudadanía clama por soluciones definitivas que vayan más allá de la atención de emergencias y apunten a la recuperación de los sistemas de drenaje, estabilización de taludes y mejor planificación urbana.