A pocas semanas de haber dejado el Ministerio de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia regresa al escenario político colombiano con una nueva misión: representar al país como embajadora en el Reino Unido. El nombramiento, aún en trámite de aprobación por parte del gobierno británico, habría sido propuesto directamente por el presidente Gustavo Petro, en un nuevo giro dentro de su equipo diplomático.
Sarabia, de 31 años, asumirá su quinto cargo en menos de tres años del actual Gobierno. Desde que comenzó como jefe de Gabinete en agosto de 2022, su ascenso ha sido rápido y, en ocasiones, polémico. Tras liderar el Departamento de Prosperidad Social, el Dapre y recientemente la Cancillería, ahora se prepara para ocupar una de las embajadas más estratégicas para Colombia.
El anuncio se da en medio de la reestructuración del Ministerio de Relaciones Exteriores, tras el escándalo por la licitación de pasaportes, una controversia que marcó su salida como canciller en junio pasado. La intervención indebida del nuevo jefe de despacho, Alfredo Saade, en decisiones propias de la Cancillería habría acelerado su renuncia. Aun así, fuentes cercanas aseguran que su vínculo con el presidente Petro nunca se debilitó.
Aunque Sarabia había declarado que su ciclo en el Gobierno había terminado, su cercanía con el mandatario y su perfil técnico terminaron pesando en la decisión de mantenerla dentro del equipo, esta vez desde Londres.
La embajada en Reino Unido es una pieza clave en la política exterior colombiana, especialmente en asuntos de comercio bilateral, cooperación ambiental, educación y migración. Analistas coinciden en que el nombramiento de Sarabia busca reforzar una presencia diplomática fuerte en Europa, al tiempo que podría funcionar como una estrategia para alejarla del centro de la controversia política nacional.
En la Casa de Nariño, algunos ven esta movida como una “salida digna” tras los recientes roces internos, mientras que otros interpretan su permanencia como una muestra de confianza inquebrantable del presidente en una de sus colaboradoras más leales.
Por ahora, el Ministerio de Relaciones Exteriores continúa sin un canciller en propiedad, aunque el presidente Petro habría señalado en conversaciones privadas su intención de nombrar a una figura de perfil técnico, alejada de la exposición mediática.
El paso de Laura Sarabia al servicio diplomático marca un nuevo capítulo en su acelerada trayectoria política, y confirma que sigue siendo una de las figuras más influyentes —y controversiales— del Gobierno actual.