El presidente Gustavo Petro ha sometido a consideración del Congreso de la República una nueva reforma tributaria, mediante la cual se aspira modificar la actual estructura fiscal del país, impactando a empresas, trabajadores y contribuyentes, con cambios significativos en impuestos, deducciones y obligaciones fiscales, por lo que será conveniente tener claro en qué consiste la nueva norma, cómo afectará a los diferentes sectores económicos, cuál será su posible impacto en la economía colombiana y obviamente cuál es el ambiente que se observará en el Senado y la Cámara de Representantes.
Como se sabe, una reforma tributaria es un conjunto de cambios legales que modifica la estructura impositiva de un país, ajustando impuestos, tasas, beneficios fiscales y mecanismos de recaudación; su objetivo principal es equilibrar las finanzas públicas, ya sea para aumentar los ingresos del Estado, redistribuir la carga tributaria o estimular a ciertos sectores económicos.
En Colombia, las reformas tributarias suelen presentarse cada cierto tiempo para adaptarse a las necesidades económicas del país y la reforma tributaria 2025 no es la excepción porque viene con ajustes que podrían afectar desde las grandes empresas hasta el bolsillo de los trabajadores independientes.
Adicionalmente, las reformas tributarias son iniciativas presentadas por el Gobierno, específicamente por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, obviamente bajo la dirección del presidente de turno. El ministro de Hacienda es el encargado de diseñar la propuesta, con el apoyo técnico de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y expertos económicos, para luego ser presentada ante el Congreso de la República.
Desde allí, se revisa en las comisiones Económicas de ambas cámaras, si se aprueba, pasa al debate en el Senado y la Cámara. Después de acuerdos y cambios, solo quedaría pendiente de la firma del presidente para que sea Ley.
Está claro que el proyecto al que hoy hacemos referencia introduce significativos cambios en el sistema tributario nacional, con impactos directos en empresas, consumidores y contribuyentes.
La reforma plantea un aumento progresivo en las tarifas del impuesto de renta para grandes contribuyentes, específicamente para empresas cuyos ingresos superen determinado umbral. Este ajuste busca una mayor contribución de los sectores con mayor capacidad económica.
Paralelamente, se introducen nuevos beneficios fiscales para Pymes que realicen inversiones en tecnología, innovación o proyectos sostenibles, como deducciones especiales en estos rubros; además, se contempla una revisión de las tablas de retención en la fuente para empleados, lo que podría modificar los descuentos salariales mensuales.
Lo que desde ya se conoce como uno de los puntos más discutidos es la implementación de un nuevo gravamen sobre patrimonios elevados; esta medida presentada como herramienta para promover la equidad fiscal, afectaría a personas naturales y jurídicas con activos por encima del determinado valor; el Gobierno argumenta que lo que se busca es una distribución más justa de la carga tributaria, mientras los críticos señalan posibles efectos negativos respecto a la inversión.
Indiscutiblemente la reforma tributaria 2025 se constituye en un tema de gran relevancia para Colombia, con implicaciones directas en las empresas, trabajadores y la economía en general, si bien persigue aumentar la recaudación y reducir la evasión, su diseño final dependerá de los acuerdos políticos y económicos que se logren en el Congreso de la República.
El Legislativo tendrá ahora la tarea de debatir tanto el proyecto de presupuesto como la reforma tributaria que lo sustenta, en medio de un entorno económico complejo y con presiones sociales y políticas crecientes.