La ciudad celebraba medio milenio de historia, pero el alcalde Carlos Pinedo Cuello opacó la ocasión con improvisación, desorden y presunta embriaguez, ignorando incluso el himno oficial compuesto por la Universidad del Magdalena.
Bochorno en la tarima: el alcalde Pinedo le faltó el respeto a Santa Marta en su cumpleaños 500…
La noche del 29 de julio debía ser inolvidable para los samarios, y lo fue, pero no por las razones correctas. En lugar de una celebración solemne y protocolaria que honrara los 500 años de historia de Santa Marta, la ciudad fue testigo de lo que muchos ya califican como una “corronchera institucionalizada”.
El protagonista del desatino fue el alcalde Carlos Pinedo Cuello, quien según el concejal Miguel ‘Mono’ Martínez, en pleno acto central de la serenata conmemorativa, subió a la tarima en aparente estado de embriaguez, improvisando palabras sin coherencia y desatendiendo las recomendaciones de su equipo. La escena causó desconcierto, incomodidad y, sobre todo, indignación ciudadana.
Lo más grave no fue solo el presunto estado del mandatario, sino su total desconocimiento del protocolo. Mientras se esperaba que sonara el tradicional himno de Santa Marta, como dicta la tradición y el respeto por la ciudad, lo que se escuchó fue una canción de parranda vallenata “Tu cumpleaños” de Diomedes Díaz, un tema que realmente no identifica a Santa Marta y no guarda relación, dista de su historia y tradición, en pocas palabras, nada tenía que esa canción en un acto oficial tan importante para los samarios.
“¿En dónde quedó el himno oficial que identifica a la ciuda?”, exclamaron ciudadanos. también pudieron acoger para los 500 años de Santa Marta, un himno compuesto especialmente por la Universidad del Magdalena, una institución reconocida por su trayectoria y compromiso con el desarrollo cultural del departamento. Cabe señalar que ni siquiera fue capaz de rendirle tributo a un himno que se le regaló a la ciudad por parte de una universidad pública. Eso es no tener sentido de pertenencia ni respeto por Santa Marta.
Pero la crítica no quedó ahí. La falta de planificación, de orden y de liderazgo evidente durante el evento encendió las alarmas. Muchos ciudadanos se preguntan: ¿Dónde estaban los asesores del alcalde? ¿Quién permitió que la máxima autoridad de la ciudad hiciera el ridículo frente a cientos de asistentes y en transmisión pública?
Esto es lo que en los pueblos se llama un «alcalde ñame», un «corroncho en tarima» haciendo recocha y pasando pena cuando se debía realizar un acto conmemorativo y de respeto por la historia de la ciudad.
Hasta el momento, ni el alcalde Pinedo Cuello ni su administración han ofrecido declaraciones ni disculpas públicas. La omisión del himno, el desorden general y la falta de protocolo no solo ofenden a la institucionalidad, sino que empañan un hito que debió ser símbolo de orgullo y unidad.
Santa Marta merecía una noche memorable, pero terminó recibiendo una muestra de improvisación, irrespeto y poca altura política. La ciudad espera explicaciones, pero sobre todo, un compromiso serio con la dignidad de los actos oficiales.
¿Celebración o vergüenza? Lo vivido deja una amarga lección: no basta con encabezar un gobierno, hay que saber representar con decoro y respeto la historia de un pueblo. Y eso, claramente, Pinedo no lo entendió.
*Con información de Álvaro Cotes.