Los 10 discos de metal que marcaron la historia

Redacción:Geraldine de la Hoz

Hablar de los «mejores» discos de metal es como intentar atrapar el rayo: es subjetivo, pasional y, francamente, imposible de hacer sin desatar un torbellino de opiniones. Pero si hay algo que el metal nos ha enseñado, es a abrazar el caos. Así que, con la distorsión a tope y el corazón en la mano, me atrevo a presentar una lista de 10 álbumes que no solo definieron el género, sino que también resonaron profundamente en mi propia travesía sonora. Cada uno de estos discos es un pilar, un Big Bang que expandió los límites de lo que la música pesada podía ser.

1. Black Sabbath – Paranoid(1970)

Para empezar, hay que ir al origen. Paranoid no solo es un disco, es la biblia del metal. Con Ozzy Osbourne marcando el tono de la «oscuridad» y el riff pesado y bluesero de Tony Iommi como génesis, este álbum sentó las bases de todo lo que vendría. «Iron Man», «War Pigs» y la propia «Paranoid» son himnos atemporales que definieron el sonido de un nuevo género. Para mí, escuchar este disco es como volver a la raíz de todo, un recordatorio de dónde empezó esta gloriosa locura.

2. Metallica – Master of Puppets (1986)

Si Thrash Metal tuviera un monumento, sería Master of Puppets. Este álbum es la cima de la complejidad compositiva y la agresividad controlada de Metallica. Cada canción es una epopeya, desde el inicio desgarrador de «Battery» hasta la sofisticación de la instrumental «Orion». La maestría de Cliff Burton en el bajo es palpable, y la ejecución de James Hetfield y Lars Ulrich es implacable. Fue el disco que me abrió las puertas al thrash y me demostró que el metal podía ser brutal y, a la vez, increíblemente intrincado.

3. Iron Maiden – The Number of the Beast (1982)

Con la llegada de Bruce Dickinson, Iron Maiden alcanzó su cúspide épica. The Number of the Beast es puro heavy metal británico en su máxima expresión. Las letras basadas en la historia, la mitología y la literatura, combinadas con los galopantes riffs de guitarra y la voz operística de Dickinson, crearon una fórmula inigualable. «Hallowed Be Thy Name» es, para mí, una de las mejores canciones de metal jamás escritas, una montaña rusa emocional que te transporta a otra dimensión.

4. Slayer – Reign in Blood (1986)

Sin concesiones, sin piedad. Reign in Blood es un asalto sónico de principio a fin. Diez canciones en menos de treinta minutos, cada una una explosión de velocidad, brutalidad y precisión. La batería de Dave Lombardo es una fuerza de la naturaleza y los riffs de Jeff Hanneman y Kerry King son cortantes como cuchillas. «Angel of Death» sigue siendo una de las aperturas de álbum más impactantes en la historia del metal. Este disco me enseñó que la agresión puede ser una forma de arte.

5. Pantera – Vulgar Display of Power(1992)

Con vulgar display of power, Pantera no solo definió el groove metal, lo reinventó. El riff monolítico de Dimebag Darrell, la voz poderosa y llena de angustia de Phil Anselmo, y la base rítmica demoledora de Vinnie Paul y Rex Brown crearon un sonido inconfundible. «Walk», «Fucking Hostile» y «Mouth for War» son declaraciones de intenciones. Este álbum me golpeó con la fuerza de un camión, mostrándome una nueva forma de pesadez y honestidad brutal.

6. Judas Priest – Painkiller (1990)

Después de una década experimental, Judas Priest regresó con Painkiller y demostró por qué son «los Dioses del Metal». Este disco es una obra maestra de poder, velocidad y virtuosismo. La batería explosiva de Scott Travis inyectó nueva vida, y la voz de sirena de Rob Halford alcanzó niveles estratosféricos. El tema que da nombre al álbum es pura perfección heavy metal. Es el sonido de una banda en la cima de su capacidad, entregando una cátedra de cómo hacer metal directo y potente.

7. Sepultura – Chaos A.D. (1993)

Desde las entrañas de Brasil, Sepultura irrumpió con Chaos A.D., un álbum que fusionó el thrash y el groove con elementos tribales y un mensaje de conciencia social. La percusión atronadora de Igor Cavalera y los riffs pesados de Max Cavalera crearon un sonido distintivo. «Refuse/Resist» y «Territory» son himnos de resistencia que calaron hondo en mi alma latinoamericana. Es un disco que muestra la versatilidad y la profundidad cultural que el metal puede alcanzar.

8. Meshuggah – Chaosphere (1998)

Si hablamos de evolución y vanguardia, Chaosphere es una joya. Meshuggah llevó el metal a territorios inexplorados con sus riffs polirrítmicos, disonancias y una complejidad técnica abrumadora. Este álbum es una experiencia auditiva desafiante pero profundamente gratificante. Me abrió la mente a las posibilidades del metal extremo y me hizo darme cuenta de que la música pesada podía ser una forma de arte intelectual y visceral a la vez.

9. Motörhead – Ace of Spades (1980)

Simple, crudo y directo al grano. Ace of Spades es la quintaesencia del rock ‘n’ roll sucio y ruidoso, pero con una velocidad que pocos lograban en la época. Lemmy Kilmister y su bajo atronador, junto a la energía desenfrenada de Fast Eddie Clarke y Phil «Philthy Animal» Taylor, crearon un sonido que influenció a incontables bandas de metal y punk. Cada vez que escucho este disco, siento esa inyección de actitud y pura energía desinhibida.

10. Death -Symbolic(1995)

Chuck Schuldiner, el genio detrás de Death, llevó el death metal a nuevas alturas con Symbolic. Este álbum es una obra maestra de metal progresivo y técnico, con letras introspectivas y filosóficas que trascendían las típicas temáticas del género. La habilidad compositiva de Schuldiner era asombrosa, fusionando brutalidad con melodía y complejidad. Symbolic me demostró que el metal podía ser tanto cerebral como emocional, un legado póstumo de un verdadero pionero.

 

Esta lista es, en esencia, un viaje personal a través de los sonidos que han resonado más fuerte en mi universo. Cada uno de estos discos representa un punto de inflexión, no solo en la historia del metal, sino en mi propia apreciación del poder indomable de este género. El metal, en todas sus formas, sigue siendo una fuerza viva, una constante fuente de inspiración y, a menudo, el refugio perfecto para el alma.

¿Cuáles son tus discos esenciales de metal?