El Pacífico colombiano en vilo: cuenta regresiva ante inminente llegada de tsunami

Una alerta crece con fuerza desde el otro lado del mundo y pone en vilo al Pacífico colombiano. El reloj corre, y con cada minuto que pasa, las olas generadas por un devastador sismo en Rusia se acercan a nuestras costas. La tierra tembló en Kamchatka, con una magnitud de 8.8, y el mar respondió: se desató un tsunami.

Lo que comenzó como un evento sísmico en el lejano oriente ruso ya impacta a países como Japón, Hawái y Chile. Ahora, la amenaza golpea nuestras puertas. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y la Dirección General Marítima (Dimar) han emitido una advertencia clara: el tsunami podría llegar a Colombia en cuestión de horas.

Tsunami tras terremoto de magnitud 8,8 sacude el Pacífico: olas llegan a Hawái y California, y hay alerta para Colombia y otros países

Las costas de Nariño, Chocó, Valle del Cauca y Cauca están en alerta. Municipios como Tumaco, Bahía Solano, Buenaventura y Guapi ya han activado sus protocolos de emergencia. Las autoridades han ordenado el cierre total de playas y malecones, evacuación inmediata hacia zonas altas y la prohibición de toda actividad marítima.

Las horas estimadas para el impacto de las primeras olas son precisas y escalofriantes. En Malpelo se espera a las 10:03 a.m., en Tumaco a las 11:14 a.m., y en Buenaventura, uno de los principales puertos del país, a las 12:19 p.m. La lista de puntos en riesgo es extensa, y con cada uno de ellos, miles de vidas están en juego.

Desde el sistema de alerta de tsunamis de Estados Unidos (NOAA), se explica que estas olas no son como las que el viento impulsa superficialmente: los tsunamis viajan a través de toda la columna de agua, desde el fondo marino hasta la superficie, cruzando océanos enteros con la fuerza de la devastación.

En Rusia, el sismo ya ha dejado imágenes desoladoras: calles anegadas en las islas Kuriles y evacuaciones masivas. Y mientras el mar se retira antes de golpear, como suele hacerlo antes de una embestida, las comunidades colombianas se preparan con angustia. Porque cuando el océano calla, es porque está a punto de rugir.

El país entero contiene la respiración. El Pacífico colombiano está en cuenta regresiva.