El conflicto armado ha generado una grave crisis humanitaria, especialmente en zonas como Chocó, Guaviare y el Catatumbo. Solo en seis meses, el país ha registrado más de 134.000 desplazados, 50.000 confinados y un aumento de la migración irregular.
La Defensoría del Pueblo presentó su más reciente informe sobre la crisis humanitaria en Colombia, revelando que 134.000 personas fueron víctimas de desplazamiento forzado en el primer semestre de 2024. Esta cifra representa más de la mitad de los 250.000 desplazados registrados en todo el año 2023, lo que muestra un preocupante incremento de la violencia en varias regiones del país.
Uno de los focos más graves ha sido el Catatumbo, en Norte de Santander, donde desde enero se libra una intensa confrontación entre el ELN y el Frente 33. Solo allí, más de 60.000 habitantes de cinco municipios han sido forzados a abandonar sus hogares para refugiarse principalmente en Cúcuta y Tibú.
En el departamento del Chocó, la violencia entre el ELN y el Clan del Golfo también ha tenido efectos devastadores. En junio, alrededor de 4.500 personas fueron confinadas, mientras que el grupo armado impuso un paro armado que mantuvo paralizada gran parte del territorio. Este fue el tercer paro armado del año, sumándose a los registrados en febrero y mayo.
El informe también da cuenta de una situación crítica en el Guaviare, donde se reportaron más de 10.000 personas confinadas a causa de los enfrentamientos armados.
En total, hasta el 30 de junio, 50.713 personas han sido víctimas de confinamiento por el conflicto armado, quedando atrapadas en sus territorios sin posibilidad de movilidad, acceso a alimentos o atención médica.
Además del conflicto interno, el país enfrenta retos en materia de migración irregular. Según la Defensoría, 84.083 personas en situación migratoria irregular transitaron por Colombia durante el primer semestre del año. Estas personas provienen mayoritariamente de Venezuela, Ecuador e incluso de India. De ese total, 33.246 son mujeres, 33.102 hombres y 17.735 menores de edad.
El informe también destaca el aumento de la migración inversa, particularmente en el Chocó. 12.347 migrantes cruzaron desde La Miel, un pequeño pueblo panameño cercano al Tapón del Darién, hacia Capurganá, Colombia. La mayoría busca regresar a sus países de origen, transitando por municipios como Necoclí y Turbo, en Antioquia.
La Defensoría alerta que la situación requiere atención urgente por parte del Gobierno Nacional y organismos internacionales, dada la magnitud de las emergencias humanitarias provocadas por el conflicto y la migración descontrolada. En un contexto donde los grupos armados continúan disputando el control territorial, el riesgo para las comunidades vulnerables sigue en aumento.
Y.A.