Nicolás Petro sigue libre, pero bajo la sombra judicial: Fiscalía y Procuraduría piden excluir pruebas de su defensa

El hijo del presidente enfrenta un juicio por lavado de activos y enriquecimiento ilícito, mientras la Fiscalía y la Procuraduría solicitan rechazar sus pruebas por considerarlas irrelevantes y decorativas.

Aunque ya no lleva esposas, Nicolás Petro Burgos sigue atado a uno de los procesos judiciales más incómodos para el Gobierno actual. El exdiputado del Atlántico y hijo del presidente Gustavo Petro se sentó nuevamente ante un juez este martes a las 8:30 a. m., en el marco del juicio por presunto lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

La audiencia, presidida por el juez Carbonó, estuvo marcada por un ambiente tenso y técnico, con la Fiscalía y la Procuraduría solicitando la exclusión de casi todas las pruebas aportadas por la defensa del procesado. Según los entes acusadores, estas pruebas no son más que elementos “decorativos”, sin utilidad real en el desarrollo del juicio.

La audiencia continuará este miércoles 30 de julio, donde se decidirá qué pruebas podrán entrar al juicio y cuáles quedarán descartadas. Una discusión que, aunque revestida de tecnicismos, es clave para el rumbo del proceso judicial que se le sigue al hijo del presidente, libre por decisión de un juez de segunda instancia, pero con estrictos compromisos judiciales y autorización para salir de Barranquilla solo bajo ciertas condiciones.

El caso Nicolás Petro estalló como una bomba política en julio de 2023, cuando su detención reveló supuestos aportes económicos irregulares a la campaña presidencial. En su momento, Petro hijo habría reconocido haber recibido dinero de Samuel Santander Lopesierra, alias Hombre Marlboro, y de Gabriel Hilsaca Acosta, hijo del polémico empresario Alfonso ‘Turco’ Hilsaca.

El nombre de Máximo Noriega, también investigado, aparece como posible intermediario entre narcotraficantes y la campaña presidencial, según hipótesis en curso. Un entramado de política, dinero y escándalos que ha convertido este proceso en una historia que se mueve entre la justicia y la opinión pública.

Aunque Petro hijo puede caminar libremente por las calles de Colombia, su situación judicial se complica a cada paso. Cada audiencia se convierte en un nuevo capítulo en una novela que mezcla ambiciones políticas, finanzas oscuras y la promesa —o la trampa— de la justicia.

Y.A.