La revolución lechera llegó al Atlántico: pequeños ganaderos ya tienen vacas VIP

¡Del corral al laboratorio y de ahí al corazón del campo! Así va el ambicioso plan que lanzó la Gobernación del Atlántico: llevar embriones de alta genética a pequeños ganaderos, como quien reparte oro en pajillas. Y no cualquier vaca, sino Gyrolandas, una raza lechera tan resistente como productiva, diseñada especialmente para el trópico bajo.

El escenario del lanzamiento fue la finca Galicia, en Sabanalarga, donde los productores no solo recibieron embriones, sino también una dosis de ciencia aplicada al campo. Con talleres, capacitación y demostraciones prácticas, los ganaderos comenzaron a entender que la genética ya no es un lujo de multinacionales, sino una herramienta a su alcance.

Cada productor recibirá tres embriones sexados, lo que significa que desde ya saben que les vienen hijas lecheras en camino. A los 90 días tendrán el certificado de preñez en mano, y en unos meses más, vacas capaces de dar hasta 12 litros diarios, triplicando la producción actual de muchas fincas.

Queremos democratizar la genética. Que el campesino que hoy saca 3 litros, mañana tenga una vaca que le dé 12 sin que se le espante con el calor”, dijo el gobernador Eduardo Verano. Y vaya que se lo están tomando en serio: el proyecto beneficiará a 70 ganaderos en esta primera fase.

Con el respaldo de Asoganorte y la articulación del sector público y privado, el Atlántico le mete tecnología al campo sin perder el alma campesina. Un embrión que normalmente costaría $1.7 millones, ahora forma parte de un paquete que incluye asesoría, acompañamiento técnico y capacitación continua.

Para Marisabella Romero, subsecretaria de Desarrollo Económico, esto es “una apuesta por cerrar la brecha entre el pequeño productor y la alta productividad. Es llevar equidad al campo, con ciencia y voluntad política”.

Así, mientras muchos se quedan en diagnósticos, el Atlántico preña vacas con genética premium y las pone a pastar al ritmo de la innovación. Porque si el futuro es verde, que venga con leche… ¡y de la buena!