“Si me vas a matar, déjame bien muerta”: estremecedor feminicidio en suburbio de Guayaquil

Keyla Andreina González Mercado fue asesinada de un disparo en la cabeza en la madrugada del 26 de julio en Guayaquil. El presunto agresor, pareja de su mejor amiga, huyó tras el crimen. La violencia en la Zona 8 ya deja casi 2.000 muertes en 2025.

Si me vas a matar, déjame bien muerta”, gritó con desesperación Keyla Andreina González Mercado, de 28 años, antes de ser ejecutada de un disparo en la cabeza en el interior de una vivienda en el suburbio de Guayaquil, en el distrito Portete, donde ya se han registrado 200 muertes violentas en lo que va del año. El crimen ocurrió aproximadamente a la 01:30 a. m. del viernes 26 de julio en las calles 28 y Capitán Nájera.

La joven se encontraba bebiendo con una amiga y el novio de esta, señalado como el presunto homicida. De acuerdo con testigos y familiares, hubo una discusión que escaló rápidamente hasta llegar al trágico desenlace. La última frase de Keyla, pronunciada segundos antes del disparo, fue escuchada por quienes se encontraban cerca de la vivienda.

Su abuela paterna, Irmania García, relató entre lágrimas que antes del disparo escucharon gritos, pero pensaron que se trataba de una broma. “Primero se escuchó que ella decía: ‘no, no, no’, pero pensamos que estaba jugando con sus amigos”, contó.

La vivienda estaba cerrada con llave y uno de los sobrinos de Keyla tuvo que tumbar la puerta. Al ingresar, la encontraron sentada en una silla, ya sin vida, con un impacto de bala sobre la ceja derecha.

Tras cometer el crimen, el agresor huyó en una motocicleta roja, mientras su pareja salió corriendo minutos después, llevándose con él las llaves del lugar, lo que dejó a Keyla encerrada. Según versiones policiales, existe un video en el que la víctima expresa su frase final minutos antes del asesinato.

Keyla, quien vivía sola y se ganaba la vida vendiendo productos enviados por su hermana desde Estados Unidos, había regresado recientemente de Chile, país al que viajó en busca de trabajo pero del que volvió por problemas de salud. “Vino a encontrar la muerte”, lamentó una tía.

El crimen conmocionó al vecindario. En la escena, la Policía encontró una bala percutida, otra deformada y el celular de la víctima. La madre de la presunta cómplice habría dicho que su hija llegó llorando a casa y le comentó que el agresor estaba jugando con un arma cuando “accidentalmente” se le disparó.

Este caso se suma a la alarmante ola de violencia en Ecuador, especialmente en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), donde desde el 1 de enero hasta la fecha se han registrado 1.930 muertes violentas. El país vive su año más sangriento, con un asesinato cada hora, y con crímenes cada vez más atroces que reflejan la profunda crisis de seguridad.

Y.A.