En el barrio San Roque de Barranquilla, la tranquilidad de la tarde del domingo se rompió con el estruendo de varios disparos. Cristian Armando Vásquez Torres, de 27 años, fue asesinado a sangre fría por sicarios que llegaron, dispararon y se esfumaron entre el tráfico, como si nada.
Cristian estaba en la carrera 33 con calle 29, parado en la vía pública, cuando dos hombres a bordo de una motocicleta se le acercaron. No hubo discusión, ni advertencia, solo balas. Una de ellas le impactó en el cuello y fue letal. Murió en el acto.
Vecinos salieron corriendo, algunos grabaron con sus celulares, otros llamaron a la Policía, pero ya era tarde. Los sicarios ya no estaban y Cristian ya no respiraba.
Las autoridades ahora intentan reconstruir lo que pasó y dar con los responsables. Mientras tanto, una familia más queda rota y un barrio más suma un nombre a su lista de muertos. En San Roque, como en muchas partes de Barranquilla, la muerte anda en moto y no necesita invitación para aparecer.