La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, rompió el silencio sobre su situación en el Gobierno de Gustavo Petro, al expresar que su cuerpo como mujer negra ha sido “celebrado, usado, desgastado y luego descartado”, y aseguró que pasó de ser “una figura emblemática a ser vista como una traidora”.
Durante un discurso pronunciado en Cali, en el marco del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas Afrodescendientes, Márquez afirmó que su figura fue inicialmente exaltada, pero que con el tiempo fue relegada. “Hoy no hablo solo de mí, sino desde un cuerpo afrodescendiente que ha sido aplaudido, instrumentalizado y luego marginado”, señaló.
Márquez, quien desempeñó un papel protagónico en la campaña electoral que llevó a Petro al poder en 2022, destacó que en aquel momento era “la cara de la esperanza”, pero que luego fue estigmatizada. “Pasé de ser la heroína del pueblo a convertirme en la traidora”, afirmó.
La relación entre la vicepresidenta y el presidente Petro se ha enfriado notablemente, al igual que su influencia dentro del Gobierno. Márquez manifestó que las mujeres que ascienden en Colombia son constantemente objeto de sospecha y juicios injustos. “El sistema no evalúa sus capacidades, sino si están donde ‘merecen’ estar”, dijo, añadiendo que, al salirse del rol asignado, se las tacha de arrogantes, desleales o incapaces.
También denunció que ha sido víctima de intentos de deslegitimación y exclusión desde la campaña presidencial. “No voy a fingir que no me duele (…) Este país nos arrastra con discursos que anteceden a las balas”, señaló, aludiendo a los riesgos y ataques que enfrentan las mujeres negras en posiciones de poder.
Aunque fue clave en el triunfo de la coalición de gobierno y llegó a ser la primera mujer afrocolombiana en ocupar la vicepresidencia, Márquez ha perdido protagonismo en el Ejecutivo. En los últimos seis meses, dejó de estar afiliada a un partido político y fue removida del Ministerio de Igualdad, tras criticar en público a ministros cercanos a Petro durante una reunión televisada en febrero, hecho que agudizó el distanciamiento con el presidente.
En su intervención, Márquez también se refirió a las dificultades para liderar el Ministerio de Igualdad, afirmando que recibió una cartera “sin estructura, presupuesto ni respaldo” y que fue injustamente acusada de ineficiencia. “Jamás me entregaron las herramientas, pero sí me culparon de no ejecutar”, dijo. Además, denunció prejuicios raciales: “Se insinuó que por ser negra debía estar robando, aunque jamás toqué un peso”.
Finalmente, Márquez reclamó que se le exige obediencia sin permitirle influir en las decisiones. “Se nos quiere para las fotos, pero no en los espacios donde se decide”, concluyó.