En medio de los movimientos y especulaciones de cara a las elecciones presidenciales de 2026, el nombre de Tomás Uribe Moreno, hijo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, vuelve a estar sobre la mesa. Aunque él mismo ha descartado cualquier aspiración, voces del Centro Democrático insisten en que debería ser parte del escenario político como candidato presidencial o vicepresidencial.
La más reciente propuesta la hizo Sebastián López, presidente del Concejo de Medellín, quien sugirió públicamente que Tomás Uribe sea considerado como fórmula vicepresidencial de la coalición que busca consolidar el uribismo en 2026. “Una persona extraordinariamente bien formada, un gran empresario, que ama profundamente al país y al Centro Democrático”, destacó López, agregando que “no es momento de improvisar”.
Pero la propuesta fue más allá. El concejal de Bogotá Humberto «Papo» Amín elevó el perfil de la idea y propuso abiertamente a Uribe Moreno como candidato presidencial, asegurando que “es la persona indicada para derrotar al petrismo” y que “cuenta con toda la preparación y el ejemplo de su padre para llegar a la Casa de Nariño”.
Ante las insistentes sugerencias, Tomás Uribe rompió el silencio y fue contundente: “No estoy pensando en candidaturas. Solo pienso y pido a Dios que haya justicia en el caso de mi papá, ya que no hay ni una sola prueba”, declaró en una entrevista.
Uribe Moreno señaló que está concentrado en lo que ocurrirá el próximo 28 de julio, fecha clave en el proceso judicial contra el expresidente Uribe por presunta compra de testigos. Agradeció las muestras de respaldo, pero insistió en que no tiene aspiración política alguna y que estas propuestas quedarán “como una anécdota de la campaña presidencial de 2026”.
El debate, sin embargo, refleja el vacío de liderazgo que algunos sectores del uribismo perciben de cara a los comicios. Con Álvaro Uribe fuera de la contienda por decisión propia, y sin una figura consolidada en el escenario nacional, el nombre de Tomás Uribe resuena como un símbolo de continuidad en medio de la incertidumbre política del partido.