Por: Álvaro Cotes
Dos figuras políticas que llegaron al poder gracias al respaldo del movimiento Fuerza Ciudadana enfrentan fuertes críticas por parte de sus electores y del partido que los impulsó. Se trata del diputado Rafael Noya y el alcalde de El Retén, Jesús Galindo, quienes han sido señalados por presuntamente alejarse de los principios del movimiento liderado por Carlos Caicedo.
Ambos políticos, que eran poco conocidos antes de su vinculación con Fuerza Ciudadana, hoy están en el centro del debate por asumir como propios varios logros impulsados por el Gobierno departamental. La comunidad ha manifestado su inconformidad, asegurando que estos funcionarios han desvirtuado el trabajo colectivo atribuyéndose obras como el hospital de El Retén, gestionado y ejecutado por la administración del Magdalena.
En el caso de Noya, su elección como diputado se dio a través de una lista cerrada del movimiento, lo que ha generado mayores reproches ante sus recientes declaraciones y acciones que, según seguidores del partido, contradicen la línea ideológica que lo llevó a la Asamblea.
Por su parte, Galindo ha sido cuestionado por tomar distancia del partido mientras aún se beneficia de las obras ejecutadas desde la gobernación. “Es preocupante que después de recibir apoyo político y recursos, hoy nieguen sus raíces y busquen protagonismo individual”, señalaron líderes comunitarios.
Desde Fuerza Ciudadana se ha expresado preocupación por lo que consideran un caso de «deslealtad política», mientras sectores ciudadanos llaman a la reflexión sobre la necesidad de mantener la coherencia y el compromiso con los votantes.
Este episodio abre nuevamente el debate sobre el compromiso ético de los funcionarios elegidos por movimientos alternativos, en un departamento donde la memoria política aún está fresca y la ciudadanía exige transparencia y lealtad.