Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia, vive un momento histórico. En medio de las celebraciones por sus 500 años de fundación, recibió un mensaje lleno de fe, esperanza y reflexión por parte del Papa León XIV, quien, a través de la Diócesis local, se unió a esta conmemoración con un llamado profundo a trabajar unidos por una sociedad más fraterna y justa.
En su misiva, el Sumo Pontífice expresó su alegría por este hito en la historia de la capital del Magdalena, y agradeció a Dios por los dones recibidos durante estos cinco siglos. Sin embargo, más allá del júbilo, el mensaje también estuvo cargado de la responsabilidad de construir un futuro en el que prevalezcan el amor, la solidaridad y la búsqueda del bien común.
Inspirado en las enseñanzas de San Agustín, el Papa instó a los samarios a crecer en el amor hacia lo bueno y lo justo, dejando de lado los deseos que nos alejan de la virtud y nos encadenan al egoísmo.
“Pidamos a Nuestro Señor la fuerza para construir juntos, para remover lo que impide nuestro progresar como pueblo y sanar aquello que hemos podido herir con nuestras actitudes egoístas”, expresó con firmeza.
Con un tono esperanzador, León XIV recordó que cuando Dios está en el centro, la ciudad no vacila. “Él la consagra de manera que el gozo llene nuestras calles y nuestras plazas”, agregó.
Finalmente, el Papa encomendó a la ciudad a la protección de la Virgen María, bajo su advocación de la Inmaculada Concepción, símbolo de fe arraigado en el corazón de los samarios.
Así, en medio del jubileo por sus cinco siglos de vida, Santa Marta recibió no solo el saludo del máximo jerarca de la Iglesia Católica, sino también una guía espiritual para afrontar el porvenir con fe, compromiso y unidad.