La paciencia de los cultivadores de arroz se agota. Tras diez días consecutivos de paro nacional, los agricultores siguen esperando que el Gobierno cumpla con compromisos asumidos y establezca un precio justo para el arroz paddy verde, cuyo valor actual no alcanza a cubrir los costos de producción.
Los bloqueos, que se mantienen activos en vías principales de departamentos como Tolima, Huila y Arauca, reflejan el descontento del sector ante la falta de garantías frente a la competencia internacional y el abandono institucional.
El Ministerio de Agricultura informó que se han adelantado diálogos con los líderes arroceros, presentando una propuesta que contempla la regulación del precio de compra del arroz verde. Según la ministra Martha Carvajalino, se han logrado acuerdos técnicos preliminares con el Comité Nacional del Paro y se espera ajustar detalles con los industriales en los próximos días.
Gabriel Núñez, vocero de los arroceros del Tolima, manifestó que el gremio exige un precio mínimo de $205.000 por tonelada, adaptado a las condiciones de cada región, como fórmula para evitar la quiebra de miles de pequeños y medianos productores. «Por cada hectárea cosechada estamos perdiendo casi tres millones de pesos. Así no se puede sostener el campo», afirmó.
Este es el segundo paro del sector arrocero en lo que va del año. El anterior, realizado en marzo, terminó con promesas del Gobierno que, según los líderes campesinos, siguen sin cumplirse.
La crisis afecta a unas 500.000 familias que dependen directamente de esta cadena productiva. Las principales zonas arroceras del país —los Llanos Orientales y el centro del país— concentran la mayor parte del cultivo, pero la situación crítica se extiende a por lo menos diez departamentos.
Por ahora, las protestas no cesan. Los agricultores insisten en que, sin soluciones concretas, continuarán en las carreteras hasta ser escuchados.