Desde las sabanas del Carmen de Bolívar, con un acordeón al hombro y una voz afinada en los escenarios del vallenato, Lidio García Turbay volvió a entonar una melodía conocida: la del poder. El senador liberal, de verbo cálido y lealtades firmes, asumirá por segunda vez la presidencia del Senado, esta vez con una hoja de ruta marcada por la oposición al gobierno de Gustavo Petro.
Militante del Partido Liberal liderado por César Gaviria, García Turbay no ha escondido su fidelidad a quien fue presidente de Colombia y aún manda tras bambalinas. Su cercanía con Simón Gaviria y su historial de disciplina partidista lo convirtieron en el nombre más fuerte dentro de la colectividad para ocupar el cargo, según el acuerdo legislativo firmado al inicio del periodo en 2022.
Esta vez, no hubo sorpresa ni rebelión: con 97 votos a favor, el congresista bolivarense logró un apoyo casi unánime entre las bancadas, incluso de aquellas que, aunque críticas del liberalismo, respetan las reglas del juego político.
Pero este retorno a la cúspide del Legislativo no es solo una victoria individual. Con él vuelve a tomar fuerza el clan Turbay, uno de los más tradicionales de Bolívar. Su primo Dumek Turbay, actual alcalde de Cartagena, su hermano José Félix García Turbay, diputado departamental, y el recuerdo —no siempre cómodo— de David Turbay Turbay, el tío condenado cuando fue Contralor General, configuran un árbol genealógico donde la política se hereda y la influencia se recicla.
En el Congreso, Lidio ya fue presidente en el año 2020, pero su gestión quedó en pausa por la pandemia. Ahora, con un contexto político más polarizado, se perfila como una de las voces firmes de oposición, sobre todo frente a las reformas que impulsa el gobierno de Petro.
Su ascenso también consolida el ala dura del liberalismo que ha mantenido distancia crítica del Pacto Histórico, reafirmando que, aunque el partido haya coqueteado con el gobierno en otras instancias, el Senado sigue en manos de los «gaviristas», firmes en su independencia.
Fuera del recinto parlamentario, quienes lo conocen del Carmen lo recuerdan no solo por sus discursos, sino por su voz en los escenarios. Antes de subir al Congreso, Lidio grabó varios discos vallenatos con el grupo “El Nene y sus Traviesos”, dejando claro que en política, como en la música, el ritmo también lo da la experiencia.