En el Día Mundial del Cerebro: El multitasking, el falso poder del siglo XXI que afecta el cerebro

Aunque muchos lo ven como una virtud, el multitasking o multitarea puede afectar negativamente el rendimiento, la memoria y la salud mental.

Redacción Sociales
LA LIBERTAD

En un mundo que premia la rapidez, la eficiencia y el “estar en todo”, uno de los conceptos más idealizados, y mal entendidos, sobre el cerebro, que celebra su Día Mundial este 22 de julio, es la multitarea. ¿De verdad podemos hacer varias cosas a la vez sin sacrificar la calidad de nuestra atención? ¿O estamos atrapados en un mito moderno que perjudica nuestro rendimiento y bienestar?
Lejos de ser una habilidad real, la multitarea es más un espejismo que una capacidad cerebral efectiva. Aunque muchas personas creen que pueden hablar por teléfono, escribir un informe, revisar correos y escuchar música al mismo tiempo, la ciencia demuestra que el cerebro no está diseñado para enfocarse en múltiples tareas complejas de forma simultánea.
De hecho, intentar hacerlo puede tener consecuencias negativas en la productividad, la memoria y hasta en la salud mental.

6a44e259 d624 46a3 8e8a 0f64986012ed 151523fa d660 4d1f b7d1 c7156891e19e
Pero ¿Qué pasa realmente en el cerebro cuando intentamos hacer multitarea? En lugar de ejecutar varias tareas al mismo tiempo, lo que hace el cerebro es alternar rápidamente entre una actividad y otra, un proceso llamado cambio de tareas (o task switching), que exige que el cerebro redirija recursos cognitivos, interrumpa una operación mental y active otra, lo que consume tiempo y energía.
Según estudios de la Universidad de Stanford y el MIT, cuando las personas realizan dos tareas que requieren atención activa, como redactar un texto mientras responden mensajes, el cerebro no las hace de forma simultánea, sino que cambia de una a otra, provocando microinterrupciones.
Aunque cada uno de estos cambio puede parecer insignificante, lo cierto es que acumulados provocan pérdida de enfoque, aumento de errores y fatiga cognitiva.
Además, se ha comprobado que este proceso reduce la eficiencia hasta en un 40%, y afecta especialmente a funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, la toma de decisiones y la concentración sostenida. En palabras simples, intentarlo todo al tiempo no hace a las personas más eficientes, sino más distraídas y propensas a fallar.

El nuevo reto para el cerebro moderno

La vida actual ha multiplicado los estímulos y la presión por la inmediatez. Constantemente se está expuesto a notificaciones, redes sociales, llamadas, correos, chats y música de fondo. Este entorno ha normalizado la multitarea digital, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes.
Sin embargo, diversos estudios alertan sobre los efectos negativos del consumo simultáneo de medios, señalando que los jóvenes que realizan multitarea mediática con frecuencia tienden a tener una menor capacidad de atención sostenida, mayor ansiedad y dificultades para filtrar información irrelevante.
Incluso se ha identificado una relación entre este tipo de multitarea y cambios estructurales en regiones del cerebro como el córtex anterior cingulado, que regula la atención y el control emocional.
Por eso, aunque parezca práctico escuchar un pódcast mientras se responde un correo y se revisan mensajes, el cerebro lo interpreta como una competencia de prioridades, no como un trabajo integrado, dando como resultado más estrés, menos rendimiento y mayor sensación de sobrecarga.

¿Hay tareas que sí pueden combinarse?

No todas las multitareas son iguales, existen algunas combinaciones que pueden funcionar porque involucran diferentes áreas del cerebro o distintas demandas cognitivas. Por ejemplo, caminar y escuchar música, cocinar y conversar, o lavar los platos mientras se piensa en una idea.
El problema surge cuando se intenta combinar dos tareas que requieren concentración activa, como leer y escribir al mismo tiempo, o atender una videollamada mientras se redacta un informe. En esos casos, se genera un conflicto de atención que perjudica ambas actividades.
Intentar vivir en modo multitarea de forma constante también puede tener impactos emocionales y físicos, pues al no completar las tareas con calidad o al sentir que no se avanza lo suficiente, aumentan la frustración, la ansiedad y el estrés.

Algunos síntomas comunes de sobrecarga por multitarea incluyen:
• Fatiga mental frecuente
• Sensación de “mente dispersa”
• Dificultad para organizar ideas
• Menor creatividad
• Irritabilidad ante interrupciones mínimas
• Problemas de memoria a corto plazo
Afortunadamente, el cerebro tiene plasticidad, es decir, puede aprender nuevas formas de operar y mejorar su rendimiento cuando se entrena con hábitos conscientes. Estas son algunas recomendaciones que expertos en neurociencia y productividad proponen:

1. Adopta el enfoque monotarea: realiza una sola actividad a la vez, pero con atención plena.
2. Agrupa tareas similares: reservar bloques de tiempo para actividades del mismo tipo (como responder correos o llamadas) reduce la fragmentación mental.
3. Elimina distracciones: apaga notificaciones, cierra pestañas innecesarias y silencia el teléfono cuando se requiere máxima concentración.
4. Practica el mindfulness: ejercicios de meditación o respiración ayudan a entrenar la mente para regresar al presente cuando se dispersa.
5. Haz pausas conscientes: alternar trabajo intenso con descansos breves permite al cerebro recuperarse y mantener el foco.
En este Día Mundial del Cerebro, desmontar el mito de la multitarea es también un acto de autocuidado. Comprender que el cerebro no está diseñado para hacer todo al tiempo, y que no por eso es menos eficiente, ayuda a replantear hábitos que hoy son vistos como virtudes, pero que en realidad atentan contra el rendimiento y la salud mental.