
Con el retumbar de tambores del Pacífico, sonrisas llenas de orgullo y una clara convicción por la justicia social, el Gobierno del Cambio presentó oficialmente en Cali la Resolución 051 de 2025, que establece los lineamientos para un Programa de Alimentación Escolar (PAE) con enfoque étnico diferencial.
Se trata de una decisión sin antecedentes en Colombia: por primera vez, una política pública reconoce que la alimentación también es cultura, memoria y territorio. En otras palabras, que los niños, niñas y adolescentes de comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras tienen derecho a recibir una alimentación que refleje su historia, su cosmovisión y sus tradiciones alimentarias.
El acto de lanzamiento, celebrado en la capital del Valle del Cauca, contó con la presencia de delegaciones del Espacio Nacional de Consulta Previa (ENCP), la Comisión Pedagógica Nacional, líderes comunitarios, representantes del Gobierno nacional y autoridades educativas. Fue, en palabras de muchos asistentes, un momento profundamente simbólico.
“Más allá de un acto administrativo, esta resolución entrega el PAE a las comunidades. Es su derecho y ahora también su responsabilidad. Es la democratización real del programa, es el Gobierno del Cambio llegando a los territorios”, señaló Sebastián Rivera Ariza, director de la Unidad Administrativa Especial de Alimentación Escolar (UApA), entidad que lideró esta transformación junto a los ministerios de Educación, Igualdad y del Interior.
Una revolución desde la cocina
La Resolución 051 le da voz y autonomía a las comunidades para operar el PAE, fortaleciendo su papel en la implementación, contratación y seguimiento del programa en sus propios territorios. La alimentación escolar ya no será algo impuesto, sino construido desde los saberes locales.
La jornada incluyó una muestra cultural en la que tambores, danzas y preparaciones tradicionales recordaron que comer también es una forma de resistencia y orgullo.
“Este documento es un hito histórico para nuestros pueblos. Alimentar es cuidar, enseñar, transmitir. La comida es identidad, es raíz. La Resolución 051 reconoce eso y garantiza que nuestros hijos se nutran con lo que somos”, afirmó Luz Aida Ibarra, delegada de la Comisión IV del ENCP.
Lo que sigue: apropiación en los territorios
El evento en Cali dio inicio a una jornada técnica de varios días, que se extenderá hasta el 24 de julio. Allí se definirá cómo se socializará e implementará la norma en cada comunidad, siempre bajo el principio de concertación y participación activa.
Desde el Ministerio de Educación se celebró el respaldo institucional que hizo posible este paso:
“Esta resolución representa una oportunidad para empoderar a las organizaciones, para garantizar una educación con identidad. Es un acto de justicia cultural”, aseguró Farides Margarita Pitre Redondo, asesora del despacho del Ministro de Educación.
Un país que se alimenta de sí mismo
Con esta resolución, Colombia da un paso concreto hacia la equidad étnica, reconociendo que no basta con garantizar acceso a los alimentos, sino que es fundamental respetar las formas en que los pueblos entienden, cocinan y comparten sus comidas.
Desde las cocinas comunitarias, los fogones tradicionales y los comedores escolares del Caribe, el Pacífico y la región Andina, el PAE étnico empieza a cocinarse con sabor a justicia y dignidad.