*’Yo me quedo en Santa Marta’ es la contundente frase que hace parte del coro de esta canción, en la que, además, participa una poderosa generación de artistas samarios.
Redacción Sociales
LA LIBERTAD
A las puertas de celebrar el medio milenio de su fundación, Santa Marta no solo se prepara con actos protocolares y conmemoraciones oficiales. También lo hace con música, pero no cualquiera, sino con una que entreteje las memorias indígenas, los sonidos africanos y la nostalgia de una tierra que canta desde antes de tener nombre.
La voz de este homenaje no podía ser otra que la de Carlos Vives, el artista samario que ha conquistado grandes escenarios y que ha hecho del Caribe colombiano un universo sonoro capaz de cruzar fronteras.
Con el lanzamiento de su nueva canción titulada ‘500’, Vives se suma al cumpleaños número 500 de la ciudad que lo vio crecer, y lo hace desde el corazón, desde la emoción que brota cuando se canta con el alma.
Esta no es una pieza convencional; es una obra musical que recoge las luces y las sombras de cinco siglos, un viaje sonoro en el que la Sierra Nevada y el mar Caribe se encuentran en una misma melodía.
A la obra se sumó una poderosa generación de artistas samarios como Lalo Ebratt, Bomba Estéreo, Yera, Estereobeat, Laura Maré, Olga Lucía Vives, L’Omy, Gloria Torres, Paola Lacera, Rashid Zawady y los niños arhuacos.
Sus voces, mezcladas con beats urbanos, porro, pop caribeño y ritmos tradicionales, crean una pieza que es tan samaria como global, tan nostálgica como contemporánea.
Un canto que viene de antes
Santa Marta, fundada oficialmente el 29 de julio de 1525, ya cantaba mucho antes de ser llamada así. Su música no comenzó con guitarras ni trompetas, sino con instrumentos tallados en hueso, danzas rituales y voces ancestrales.
Vives, en su canción, se conecta con esa raíz, por lo que se escuchan coros en lengua arhuaca, una de las cuatro lenguas indígenas vivas de la Sierra: arhuacos, koguis, wiwas y kankuamos, herederos del pueblo tayrona.
El artista se posiciona como intérprete de un mensaje mayor, como un mediador entre el presente y un pasado que sigue vivo en la montaña, en el río, en las palabras de los mayores.
“Desde este corazón nos asiste el mandato de proteger a la madre tierra”, se escucha decir en lengua nativa, un fragmento que trasciende lo musical para convertirse en un acto de respeto y reconocimiento.
Desde el primer acorde, ‘500’ se revela como una obra profundamente simbólica, comenzando con una guitarra española y sumandos a ella la gaita indígena, el tambor africano y los vientos del Caribe.
Música que sana y reconcilia
Sin duda, este lanzamiento es una apuesta por la reconciliación con la historia, una invitación a mirarla con otros ojos. Por eso Vives incluye los sonidos de la espiritualidad indígena, los ecos de las enramadas sagradas, donde aún hoy se celebran ceremonias que honran la naturaleza.
“Nosotros apenas estamos entendiendo lo hermoso de nuestra historia”, afirma el artista, quien ha hecho de su carrera una exploración constante por las raíces del Caribe colombiano.
Y es que Santa Marta no es solo la ciudad más antigua de Colombia, sino además el primer cruce de caminos entre mundos distintos, entre las culturas originarias, los colonizadores y los pueblos africanos traídos por la fuerza.
Este un territorio sagrado donde cada playa, cada río y cada montaña guarda historias que aún hoy se cuentan en forma de canción, de tambor y de silencio.
El video fue grabado en lugares como Pescaíto, el centro histórico, la Casa de la Danza, la Catedral Basílica, la Bahía y Teatro Santa Marta, y presenta una impactante narrativa cinematográfica para contar la historia fundacional de Santa Marta, a través del personaje de Rodrigo de Bastidas.
Cabe destacar que este homenaje coincide con el aniversario 30 de su emblemático álbum ‘La tierra del olvido’. Para celebrarlo, el próximo 25 de julio, Carlos Vives lanzará una edición remasterizada del álbum con dos remixes de ‘Pa’ Mayté’ y ‘Agua’.