Una protoestrella en la constelación de Orión revela cómo empezó todo.
En un hito sin precedentes para la astronomía moderna, un equipo internacional de científicas y científicos logró observar por primera vez las etapas más tempranas en la formación de un sistema solar. Utilizando el poder combinado del telescopio espacial James Webb y el radiotelescopio ALMA, el equipo captó imágenes asombrosas alrededor de una protoestrella llamada HOPS-315, ubicada a más de 1.300 años luz de la Tierra.
Esta protoestrella, apodada por los investigadores como un “bebé estelar”, ha revelado secretos sobre cómo nacen los planetas. Alrededor de ella, se detectaron primeros granos de material planetario: diminutos fragmentos de minerales calientes, aún en proceso de solidificación, que marcan el inicio de la construcción planetaria.
“Por primera vez hemos identificado el momento más temprano en el que se inicia la formación de planetas alrededor de una estrella distinta del Sol”, afirmó emocionada Melissa McClure, astrónoma de la Universidad de Leiden y autora principal del estudio, publicado en Nature.
La protoestrella HOPS-315: una ventana privilegiada
Lo que hace tan especial esta observación no es solo la rareza del momento captado, sino la orientación única de HOPS-315. A diferencia de otras protoestrellas cuyos chorros de gas bloquean la vista de sus discos protoplanetarios, el disco de gas y polvo de HOPS-315 se observa en todo su esplendor, permitiendo a los investigadores estudiar sus componentes con un nivel de detalle sin precedentes.
For the first time, astronomers have caught the birth of a brand-new solar system!
Using both the ALMA telescope and JWST, scientists captured a stunning image of HOPS-315, a baby star about 1,300 light-years away that is just beginning to form planets. It is essentially a… pic.twitter.com/hGMDdvMn5H
— Planetary Society (@exploreplanets) July 16, 2025
Allí, identificaron moléculas como el monóxido de silicio (SiO), clave en la formación de minerales sólidos. El hallazgo sugiere que el proceso de agrupamiento del polvo cósmico ya ha comenzado, lo que eventualmente formará planetas.
Una pista hacia nuestros orígenes
Esta protoestrella no solo es interesante por su comportamiento, sino porque podría ofrecer una versión primitiva de nuestro propio sistema solar, una especie de espejo temporal que refleja cómo se formó la Tierra.
“Lo que hemos estado tratando de hacer es encontrar una versión bebé de nuestro sistema solar en algún otro lugar”, explicó Merel van’t Hoff, astrónoma de la Universidad de Purdue y coautora del estudio.
¿Qué hace única esta observación?
Hasta ahora, los astrónomos habían logrado detectar discos donde ya existen planetas jóvenes, generalmente gigantes como Júpiter. Pero nunca antes se había observado el momento inicial, cuando el polvo empieza a compactarse en estructuras sólidas conocidas como planetesimales.
Este hallazgo es una fotografía del “Big Bang” personal de un sistema solar: el instante en que el caos cósmico empieza a ordenarse y los elementos se alinean para crear futuros mundos.
«For the first time, we identified the initial moment when the formation of a planet begins around a star other than our Sun,» said the team leader and researcher at Leiden University, Melissa McClure.
The team’s results were published on Wednesday (July 16) in the journal… pic.twitter.com/IYHMZjUAFV
— All day Astronomy (@forallcurious) July 16, 2025
En un universo lleno de estrellas, esta protoestrella en Orión nos recuerda que el nacimiento de un planeta comienza en el polvo, pero termina en la posibilidad de vida.