Juan de Acosta: comunidades de Arroyo Nuevo y Chorrera denuncian abandono total por parte del alcalde Carlos Higgins Molina

La inconformidad en el municipio de Juan de Acosta sigue creciendo. Esta vez, son los habitantes de Arroyo Nuevo y las zonas altas del barrio Chorrera quienes han decidido alzar su voz contra lo que califican como una administración municipal ineficiente y negligente, encabezada por el alcalde Carlos Fidel Higgins Molina.

Las denuncias giran en torno a la falta de inversión en obras viales, ausencia de servicios públicos esenciales y promesas incumplidas que han dejado a estas comunidades sumidas en el abandono.

Uno de los principales reclamos está relacionado con el estado deplorable del camino que conduce a Arroyo Nuevo. Los moradores aseguran que la Alcaldía hizo una intervención superficial, enviando únicamente una máquina con cuchilla para nivelar el terreno. Sin embargo, no se realizó el relleno con piedriche, lo cual ha dejado la vía prácticamente inservible. Cuando llueve, la zona se convierte en un lodazal que impide el paso de vehículos y peatones, afectando el acceso a servicios, educación y transporte.

Particular preocupación genera el sector de la batea, donde debía construirse una estructura de concreto para facilitar el paso sobre el arroyo. Esta obra, considerada clave para la movilidad de los habitantes, nunca se ejecutó. Hoy, ese tramo representa un peligro, especialmente para niños y adultos mayores que deben transitar por allí a diario.

A esta situación se suma una problemática aún más crítica: la falta de agua potable. En Chorrera, especialmente en las zonas altas, las viviendas no cuentan con un suministro estable de agua.

f4a748e2 e202 432d 97bf 3c2d7f486569

El servicio por medio de carrotanques no es viable, ya que los vehículos no pueden subir por las lomas. Como resultado, decenas de familias se ven obligadas a recolectar agua de lluvia o a depender de la solidaridad de vecinos que logran tener acceso al recurso.

Los habitantes señalan que, pese a reiteradas quejas, la Alcaldía no ha presentado un plan serio para atender sus necesidades. Acusan al alcalde Higgins Molina de concentrar los recursos en el casco urbano, ignorando por completo a las comunidades rurales. “No es justo que unos vivan con calles pavimentadas y acueducto mientras nosotros seguimos en el barro, con sed y oscuridad”, afirma una líder comunitaria de Arroyo Nuevo.

En otros sectores rurales como El Jorrito, Blanquicet y El Salao, la historia se repite. Calles destapadas, postes de energía inexistentes, y obras que solo existen en papeles o discursos políticos. La comunidad ya no cree en promesas, y exige soluciones de fondo. “Cada vez que hay elecciones nos visitan, nos abrazan, nos prometen. Pero cuando llega el momento de gobernar, se olvidan de nosotros”, dice un habitante afectado por la falta de agua.

Las denuncias también incluyen la falta de presencia institucional. Aunque la seguridad ha mejorado en otros sectores del municipio, en estas veredas la vigilancia es mínima y la presencia del Estado se siente lejana. “Es como si no existiéramos para la Alcaldía. Ni agua, ni luz, ni vías. ¿Qué más tenemos que soportar para que nos escuchen?”, cuestiona otra residente.

8007811019888321180 1
Estado vía barrio El Ojal del corregimiento el Vaiven de Juan de Acosta que da acceso al Hospital, situación que se agrava con la época invernal y afectado hsta de manera sanitaria.

La comunidad exige que el alcalde deje de lado las excusas y ejecute proyectos integrales, no intervenciones a medias que solo empeoran la situación. Solicitan un plan de obras que incluya la pavimentación real del camino, la instalación de la batea, acceso permanente a agua potable y mejoras en el servicio de energía eléctrica.

El silencio de la administración frente a estas denuncias solo profundiza la molestia ciudadana. Mientras tanto, las familias de Arroyo Nuevo y Chorrera continúan esperando lo que consideran justo: ser tratados con dignidad y no como ciudadanos de segunda.

La paciencia se agota, y la pregunta queda en el aire:

¿Hasta cuándo el alcalde Carlos Higgins Molina seguirá mirando hacia otro lado?