
Mientras se investigan las causas de la tragedia que cobró la vida de tres personas, la familia denuncia irregularidades en el Hotel Portobelo Convention: cámaras sin funcionamiento, condiciones insalubres y una fumigación de la que nunca fueron informados.
El caso de la familia bogotana fallecida en San Andrés sigue generando controversia. La investigación por la muerte de Tito Nelson Martínez Hernández, Viviana Andrea Canro Zuluaga y su hijo Kevin Martínez Canro, de solo cuatro años, apunta ahora hacia posibles irregularidades en el Hotel Portobelo Convention, lugar donde se hospedaban.
La empresa Provigas, encargada del suministro de gas en la isla, afirmó mediante comunicado que no halló fugas ni fallas en los sistemas del hotel. La revisión técnica, realizada junto al gerente del lugar y un especialista, descartó cualquier riesgo en tanques, conexiones o artefactos. Además, se precisó que el gas solo se utiliza en la lavandería del primer piso, área ventilada y alejada de la habitación 404, donde ocurrieron los hechos.
Sin embargo, nuevos detalles han generado alerta. El hotel reconoció en un comunicado de trece puntos que días antes del fallecimiento de la familia, se realizó una fumigación en las instalaciones, incluyendo la habitación donde dormían las víctimas. El procedimiento fue ejecutado por Livingston & Company E.U., y el hotel solicitó a esta firma entregar la lista de sustancias químicas utilizadas, fichas técnicas y fechas exactas del proceso.
La familia afectada sostiene que nunca fueron informados de esa fumigación durante su estadía. Solo lo supieron después de su regreso a Bogotá, cuando la tragedia ya se había consumado. En chats internos de empleados del hotel —revelados posteriormente— quedó constancia de que desde su llegada, la familia manifestó inconformidad con la habitación asignada.
Otro aspecto que genera inquietud es el estado de las cámaras de seguridad. El hotel afirma que las del cuarto piso estaban en mantenimiento, por lo que solo hay registros del primer piso y el lobby. Pero la familia contradice esta versión, señalando que las cámaras estaban averiadas, y otras simplemente no funcionaban.
“Habían unas cámaras dañadas. Otras no sabemos si están funcionando”, declaró José Canro, familiar de Viviana Andrea, en entrevista con Citytv. También denunció que muchas zonas del hotel estaban en obra gris, con paredes sin terminar y condiciones insalubres. En los videos y fotos compartidos, se observan habitaciones con fachadas deterioradas, pisos desgastados y paredes sucias.
“Las paredes cochinas, descarapeladas, el piso feo”, relató Canro, indignado. “No se pronunciaron. Vinieron a sacar un comunicado después, pero a nosotros nadie nos dijo nada”, agregó, en referencia al silencio del hotel frente a la fumigación mientras la familia aún se encontraba hospedada.
Mientras se espera el dictamen oficial de las autoridades sobre las causas del deceso, crecen los cuestionamientos sobre las condiciones del Hotel Portobelo y la transparencia en la información entregada a los familiares. La isla, frecuentada por turistas nacionales e internacionales, enfrenta ahora un fuerte llamado de atención sobre las garantías mínimas de seguridad e higiene en sus hospedajes.
Y.A.