La ciudad de Santa Marta atraviesa un momento de creciente preocupación por parte de residentes y turistas, tras múltiples denuncias sobre posibles problemas con la calidad del agua potable y la presencia de aguas negras en el mar. Ciudadanos han expresado su alarma por lo que consideran una situación crítica de contaminación que estaría afectando tanto la salud pública como la imagen turística de la capital del Magdalena.
Las denuncias más delicadas apuntan a un posible cruce de aguas residuales con el sistema de agua potable, así como al vertimiento directo de aguas negras a las playas del sector urbano y turístico. La situación ha generado inconformidad entre quienes aseguran haber sufrido consecuencias físicas tras exponerse al agua. Una de las denuncias más fuertes es la de una mujer que asegura haber contraído una grave infección por estafilococo dorado (Staphylococcus aureus) después de nadar en aguas abiertas en diciembre de 2024, una infección que, según su testimonio, la llevó incluso a perder parte de su cuerpo. La denunciante responsabiliza al descontrol sanitario, la urbanización sin planeación y la descarga de aguas contaminadas directamente al mar. “Es el colmo que las autoridades de la ciudad no tomen medidas al respecto, la ciudad está inundada de aguas negras”, expresó públicamente.
A esta voz se sumó la de Mishell Dayana Pedrozo, quien compartió en redes sociales fotografías de las lesiones cutáneas sufridas por ella y sus hijas tras bañarse en las playas de Puerto Gaira. Según relató, los síntomas incluyeron brotes, picazón intensa y enrojecimiento de la piel, lo que la llevó a alertar a otros visitantes sobre el posible riesgo de salud que representa el contacto con el agua en esa zona.
A pesar de la preocupación ciudadana, la Secretaría de Salud Distrital ha indicado que no existe evidencia científica concluyente que demuestre una contaminación sistemática del agua, ya sea potable o marina. Según la entidad, no se han registrado brotes masivos ni aumentos significativos en las consultas por enfermedades dermatológicas o gastrointestinales en los centros de salud de la ciudad. Las autoridades califican los casos reportados como “aislados y esporádicos”, e insisten en que se continúa con el monitoreo sanitario de las fuentes hídricas.
Sin embargo, la controversia continúa creciendo en redes sociales, donde decenas de turistas han publicado mensajes y fotografías relatando experiencias similares: sarpullidos, picazón, irritaciones en la piel y malestares tras bañarse en el mar, especialmente en zonas como El Rodadero, Puerto Gaira y la Bahía de Santa Marta. La etiqueta #AguasNegras se ha vuelto tendencia, acompañada de llamados ciudadanos para que se investigue a fondo la situación.
Ante el aumento de denuncias, organizaciones ambientales y colectivos ciudadanos están exigiendo a las autoridades locales y nacionales una intervención urgente, auditorías técnicas independientes y medidas de control más estrictas sobre los vertimientos y las condiciones sanitarias en el litoral samario. Mientras tanto, el turismo —uno de los principales motores económicos de la ciudad— podría verse afectado si no se ofrece claridad y solución ante las preocupaciones de los visitantes.