Esta mañana, mientras un ciudadano trotaba por el malecón, fue testigo de una fuerte discusión entre dos hombres y un joven debido a una camioneta mal estacionada que bloqueaba un vehículo pequeño.
El incidente comenzó cuando un joven, visiblemente molesto, se acercó a los hombres que estaban bebiendo junto a la camioneta y les pidió que la movieran, señalando que estaba obstruyendo la salida de su carro. Uno de los hombres, con una actitud desafiante, respondió que la camioneta era suya y que no había problema alguno.
Según el testigo, la tensión escaló rápidamente debido a la actitud altanera y poco consciente del joven, quien respondió con palabras groseras y desafiantes. El hombre con la camioneta, que aparentaba estar bajo los efectos de sustancias, lanzó una mirada amenazante y finalmente hizo un gesto insinuando que estaba armado, causando preocupación en quienes presenciaron el momento.
Un transeúnte, con experiencia en situaciones de riesgo, intervino en voz baja para advertir al joven que se retirara antes de que la situación se tornara violenta, explicando que la referencia a la hora que hizo el hombre era una señal de que portaba un arma de fuego.
Este suceso pone en evidencia los riesgos de confrontar a personas en estados vulnerables o en situaciones de tensión, y la importancia de mantener la calma para evitar incidentes que puedan terminar en violencia.
