Una adolescente de 13 años ruega al ICBF que le devuelvan a su bebé, tras ser separado de ella luego de una emergencia médica que puso en riesgo la vida del recién nacido.
El drama de una joven madre de tan solo 13 años en Santa Marta ha generado conmoción. Entre sollozos y con la voz entrecortada, la menor relata cómo su bebé fue separado de ella por el ICBF, luego de que el pequeño sufriera un delicado quebranto de salud.
Todo comenzó cuando el recién nacido presentó síntomas de gripa. La adolescente lo llevó al puesto de salud del barrio Bastidas, donde, según ella, los médicos lo evaluaron y aseguraron que no había nada de qué preocuparse. Sin embargo, al día siguiente, el bebé mostró signos de asfixia. Desesperada, la madre lo trasladó nuevamente al centro asistencial, desde donde fue remitido al Hospital Julio Méndez Barreneche.
“Lo intubaron y lo ingresaron a UCI pediátrica”, contó la menor, aún afectada emocionalmente, al recordar el momento en que su hijo sufrió un paro cardiorrespiratorio y fue reanimado de urgencia.
Pero la pesadilla no acabó ahí. Mientras su hijo luchaba por su vida, recibió una llamada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) citándola a sus oficinas. Según su testimonio, acudió al llamado acompañada por su madre. En ese momento comenzó la separación con el menor.
“Mi hijo se enfermó y ahora me lo quitaron”, repite la adolescente, suplicando a las autoridades que le permitan volver a tenerlo en sus brazos. “Solo quiero tenerlo conmigo y cuidarlo”, manifestó con lágrimas en los ojos.
Este caso reabre el debate sobre los protocolos de actuación de las entidades de protección a la infancia, especialmente cuando se trata de madres adolescentes que, pese a su edad, buscan cuidar y proteger a sus hijos.
Y.A.
